viernes, 23 de enero de 2009

LA VANIDAD.

LA VANIDAD.
(RAMAKRISHNA)
Al anochecer, cuando salen las luciérnagas, éstas pueden pensar: “Estamos alumbrando el mundo”. Pero cuando las estrellas comienzan a titilar, el orgullo de las luciérnagas se desvanece. Ahora, son las estrellas quienes comienzan a pensar: “Somos nosotras quienes iluminamos el universo”. Pero, después de un rato, la luna asciende en el cielo y su luz plateada hace palidecer tristemente a las estrellas. La luna, a su vez henchida de vanidad, piensa que ilumina y da belleza al mundo; mas cuando la aurora proclama la ascensión del sol por el oriente. ¿Qué queda, entonces, de la luna?

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