EL PROBLEMA.
En un monasterio budista, un monje se acercó a su maestro y le dijo que tenía un problema y necesitaba su ayuda. El maestro le dijo que esperara hasta la noche, y que entonces le ayudaría.
Cuando ya todos los monjes se habían retirado a dormir, el maestro se puso en medio del dormitorio y gritó: “A ver, el monje aquel que tenía un problema, que venga aquí ahora”.
El monje aludido se sintió morir de vergüenza al presentarse delante de sus compañeros.
-Mirad, este monje tenía un problema esta mañana, y ha sido capaz de llegar con él hasta la noche. Si hubiera tenido la cabeza debajo del agua, no habría aguantado ni un minuto.
Diciendo esto, le dio un empujón y se fue.
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