EL AMIGO DEL OSO.
(PROVERBIO ÁRABE)
Un hombre bueno, viendo que una serpiente venenosa atacaba a un oso, fue a socorrerlo y lo libró de la serpiente.
El oso fue tan sensible a la bondad que había demostrado el hombre con él, que le siguió por donde quiera que fue y se hizo su esclavo fiel, protegiéndole de cualquier cosa que le molestara y haciéndole muchos favores.
Un día, el hombre estaba durmiendo y el oso, de acuerdo con su costumbre, estaba sentado a su lado, espantando las moscas, sobre todo aquellas que intentaban posarse en la cara de su amo y salvador.
Las moscas se volvieron tan persistentes en sus molestias que el oso perdió la paciencia y, agarrando la piedra más grande que pudo encontrar, se la arrojó con la intención de matarlas, pero, desafortunadamente, las moscas escaparon y la piedra cayó sobre la cabeza del durmiente, aplastándola.
La moraleja es: “Hay que saber ayudar a los demás con inteligencia”.
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