domingo, 22 de febrero de 2009

CONTENTARSE CON POCO.

CONTENTARSE CON POCO.
(BRUNO FERRERO)
Un águila, cazada por un campesino, vivía atada por una pata en el corral de una granja. No se resignaba a vivir como una gallina cualquiera. Había empezado a dar tirones y tirones a la cuerda que la tenía atada a una fuerte viga del gallinero. Clavaba los ojos en el cielo azul y partía con toda su fuerza. Inexorablemente la cuerda la derribaba a tierra.
Lo intentó y volvió a intentarlo durante semanas, hasta que la piel de la pata quedó desgarrada y se le destrozaron las alas.
Al final se acostumbró a aquella vida de esclavitud. Después de unos cuantos meses le gustaba, incluso, el pienso de las gallinas. Se habituó a escarbar y picotear entre la basura.
Así no llegó a darse cuenta de que la lluvia de otoño y la nieve de invierno habían llegado a pudrir la cuerda que la sujetaba a la viga.
Habría bastado un pequeño tirón y el águila habría vuelto a la libertad como reina del cielo.
Pero nunca lo dio.

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