ALFONSO X, CALILA Y DIGNA.
Cierto mercader, teniendo necesidad de salir de viaje, dejó cien quintales de hierro a un amigo suyo para que se los guardase hasta su vuelta.
Pero el amigo, en vez de guardárselos, los vendió, y cuando el mercader regrasó y pidiendole lo que le había dejado, le dijo:
- Lo siento, pero no queda nada; yo los puse en un rincón de mi casa, pero vinieron los ratones y se lo comieron.
El mercader comprendió la verdad, mas sin dejar de traslucir que se había dado cuenta del engaño, contestó resignadamente:
- Muchas veces oí decir que lo que mejor comen los ratones es el hierro, así que no me extraña lo sucedido. Tú no has tenido la culpa, los ratones se lo han comido; ¡Qué le vamos a hacer!.
Y sin añadir otra palabra se fue a su posada, quedando el otro muy satisfecho de la facilidad con que le había engañado.
Al otro día llevóse el mercader y un hijo pequeño de su amigo y lo escondió en su casa. Y el amigo, buscando a su hijo, preguntole al mercader por él.
- Vi a un azor -respondió aquel- que se llevaba a un niño entre sus garras, y pienso que muy bien pudiera ser el hijo que buscas.
El amigo, al oir semejante disparate, echose a reir.
Y respondió el mercader:
No debe maravillarte que los azores cacen a los niños en una tierra donde comen hierro los ratones.
Comprendió el amigo la lección y dijo:
- Los ratones no comieron tu hierro, que yo lo comí.
-Pues yo me comí a tu hijo -contestó el mercader.
-Pues dame a mi hijo y yo te daré tu hierro.
- De acuerdo.
Y entrególe el hijo a su amigo, y éste le devolvió su hierro.
que mala historia bro nose dedicate a otra cosa esto no es lo tuyo salu2
ResponderEliminarPara mí este cuento es para personas pensadores que sepa interpretar lo que lee.☺️🧐
ResponderEliminarEs verdad
EliminarLa mamá de la mamá de la mamá de la mamá de la mamá de la mamá de la mamá de la mamá de la mamá de la mamá de la mamá de la mamá de la mamá de la mamá de la mamá de la mamá de la mamá de la mamádelamamádelamamádelamamádelamamádelamamá ekisde
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