Jesucristo predicaba en parábolas. Historias breves llenas de significado para que pudiéramos descubrir, a través de ellas, el significado del reino de Dios.
Una alondra que había caído en un lazo se lamentaba así: ¡Ay! de mí, infeliz avecilla, no he tomado ni oro ni plata ni cosa alguna preciosa, solamente un grano de trigo me ha traído a la muerte.
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