ESOPO.
 Un hombre que había cometido un homicidio era perseguido por los familiares de la víctima. 
Pero llegando a orillas de un río, tropezó con un lobo y, huyéndole, se subió a un árbol de la orilla; y cuando estaba  allí subido miró una serpiente que trepaba hacia él, por lo que optó por echarse río, donde terminó en la boca de un cocodrilo.
 
 
 
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