ESOPO.
Un mono sentado sobre la rama de un árbol alto vio a algunos pescadores echar sus redes en un río, y atentamente miro sus actuaciones.
Los pescadores al ratito dejaron la pesca, y fueron a su casa por la comida dejando sus redes sobre el banco.
El mono, que es el más imitativo de los animales, bajó de la rama y procuró hacer cuanto ellos habían hecho.
Tomó la red y la lanzó en el río, pero se enredó entre las mallas, cayó al agua y empezó a ahogarse.
Con su último aliento él se dijo,
-Lo tengo correctamente merecido; ¿con qué fin tenía yo, que nunca había manejado una red, intentar agarrar un pescado?-
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