domingo, 29 de noviembre de 2009

EL MENDIGO SABIO.

EL MENDIGO SABIO.

(TAULERO)

Un estudioso rogó a Dios durante ocho años que le enseñara el camino de la verdad, un día oyó una voz del cielo que le dijo:

- Sal y vete a los escalones de la Iglesia; allí encontrarás a un hombre que te enseñará el camino de la verdad y de la alegría.

Sale, pues, y encuentra a un mendigo, cuyos pies estaban heridos, desnudos, llenos de barro, y sus vestidos no valían tres duros. Lo saluda diciendo:

- Qué Dios te conceda un buen día.

El mendigo le respondió:

- No me acuerdo haber tenido jamás un día malo.
- Qué Dios le haga feliz.
- No he sido jamás infeliz – respondió el hombre.
- Por favor, hable con más claridad –dijo el estudioso- porque no entiendo lo que dice.
- Usted me ha augurado un buen día, yo le he respondido que jamás he tenido uno malo; en efecto, cuando el hambre me atormenta, alabo a Dios; cuando recibo desprecio, alabo a Dios; si siento frío, si graniza, si nieva, alabo a Dios; por consiguiente, no he tenido jamás un día malo. Cualquier cosa que yo reciba de Dios, o que él permita que yo reciba de los otros, prosperidad o adversidad, dulzura o amargura, la considero como una verdadera fortuna, y la acepto con alegría de su mano. Por esto no he sido jamás infeliz.

- Pero, ¿qué diría – preguntó el estudioso- si Dios quisiese arrojarlo a lo más profundo del abismo?

- Si Dios quisiese llegar a esto, me abrazaría estrechamente a él; así si quisiera arrojarme al infierno, tendría que venir conmigo; y yo preferiría estar en el infierno con él que en el cielo sin él.

- ¿De dónde viene? – preguntó aún el estudioso.

- Vengo de Dios.

- ¿Dónde lo has encontrado?

- En las criaturas.

- ¿Dónde habita?

- En los corazones puros y en los hombres de buena voluntad.

- ¿Qué es usted, pues?

- Soy rey.

- ¿Dónde está su reino?

- En mi alma.

El estudioso comprendió que el mendigo, por su conformidad con la voluntad de Dios, era más rico que los monarcas y más feliz que todos.

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