ESOPO.
Una serpiente y un águila luchaban entre sí en un conflicto mortal. La serpiente llevaba la ventaja, y estuvo a punto de estrangular a la ave.
Un campesino las vio, y corriendo, desenrrolló a la serpiente y dejó al águila salir libre. La serpiente, irritada por la fuga de su presa, inyectó su veneno en el cuerno de bebida del campesino.
El hombre, ignorante de su peligro, estuvo a punto de beber, pero en eso el águila bajó y le golpeó su mano con su ala, y, agarrando el cuerno de bebida en sus garras, se lo llevó a lo alto y lo derramó, salvándole así su vida.
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