martes, 21 de junio de 2011

LA PERLA.

Dijo una ostra a otra ostra vecina:

-Siento un gran dolor dentro de mí. Es pesado y redondo y me lastima.

Y la otra ostra replicó con arrogante complacencia:

-Alabados sean los cielos y el mar. Yo no siento dolor dentro de mí. Me siento bien e intacta por dentro y por fuera.

En ese momento, un cangrejo que por allí pasaba escuchó a las dos ostras, y dijo a la que estaba bien por dentro y por fuera:

-Sí, te sientes bien e intacta; mas él dolor que soporta tu vecina es una perla de inigualable belleza.

Gibrán Jalil Gibrán

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