Los indios Shuar, los llamados Jíbaros, cortan la cabeza del vencido.
La cortan y la reducen, hasta que cabe en un puño,
para que el vencido no resucite.
Pero el vencido no está del todo vencido
hasta que le cierran la boca.
Por eso le cosen los labios con una fibra
que jamás se pudre.
Eduardo Galeano
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