martes, 15 de junio de 2010

LA ROCA.

ANTHONY DE MELLO.

Un hombre dormía en su cabaña cuando de repente una luz iluminó la habitación y apareció Dios.

El Señor le dijo que tenía un trabajo para él y le enseñó una gran roca frente a la cabaña. Le explicó que debía empujar la piedra con todas sus fuerzas.

El hombre hizo lo que el Señor le pidió, día tras día. Por muchos años, desde que salía el sol hasta el ocaso, el hombre empujaba la fría piedra con todas sus fuerzas...y esta no se movía.

Todas las noches el hombre regresaba a su cabaña muy cansado y sintiendo que todos sus esfuerzos eran en vano. Como el hombre empezó a sentirse frustrado Satanás decidió entrar en el juego trayendo pensamientos a su mente: Has estado empujando esa roca por mucho tiempo, y no se ha movido".

Le dio al hombre la impresión que la tarea que le había sido encomendada era imposible de realizar y que él era un fracaso. Estos pensamientos incrementaron su sentimiento de frustración y desilusión.
Satanás le dijo: Por qué esforzarte todo el día en esta tarea imposible?.



Solo haz un mínimo esfuerzo y será suficiente".

El hombre pensó en poner en práctica esto pero antes decidió elevar una oración al Señor y confesarle sus sentimientos: "Señor, he trabajado duro por mucho tiempo a tu servicio. He empleado toda mi fuerza para conseguir lo que me pediste, pero aún así, no he podido mover la roca ni un milímetro. ¿Qué pasa? ¿Por qué he fracasado? ".

El Señor le respondió con compasión: "Querido amigo, cuando te pedí que me sirvieras y tu aceptaste, te dije que tu tarea era empujar contra la roca con todas tus fuerzas, y lo has hecho. Nunca dije que esperaba que la movieras. Tu tarea era empujar.

Ahora vienes a mi sin fuerzas a decirme que has fracasado, pero ¿en realidad fracasaste?. Mírate ahora, tus brazos están fuertes y musculosos, tu espalda fuerte y bronceada, tus manos callosas por la constante presión, tus piernas se han vuelto duras. A pesar de la adversidad has crecido mucho y tus habilidades ahora son mayores que las que tuviste alguna vez.

Cierto, no has movido la roca, pero tu misión era ser obediente y empujar para ejercitar tu fe en mi. Eso lo has conseguido. Ahora, querido amigo, yo moveré la roca".

Algunas veces, cuando escuchamos la palabra del Señor, tratamos de utilizar nuestro intelecto para descifrar su voluntad, cuando en realidad Dios solo nos pide obediencia y fe en él. Debemos ejercitar nuestra fe, que mueve montañas, pero conscientes que es Dios quien al final logra moverlas.

Cuando todo parezca ir mal... solo EMPUJA!.
Cuando estés agotado por el trabajo... solo EMPUJA!.
Cuando la gente no se comporte de la manera que te parece que debería... solo EMPUJA!.
Cuando no tienes más dinero para pagar tus cuentas... solo EMPUJA!.
Cuando la gente simplemente no te comprende... solo EMPUJA!.
Cuando te sientas agotado y sin fuerzas... solo EMPUJA!.
Hay rocas imposibles de mover o de cambiar. Tal vez ESA no es nuestra misión.
Un fuerte abrazo y mi oración para que nunca dejes de "empujar"

UN GRAN HOMBRE.

ANTHONY DE MELLO.

Un día, mi hermana lloraba en su habitación. Con mucha nostalgia, observé que mi padre se le acercó y le preguntó el motivo de su tristeza. Los escuché hablando por horas, pero hubo una frase tan especial que dijo mi padre esa tarde, que hasta el día de hoy, 8 años más tarde, la recuerdo cada mañana y me llena de fuerza...


Mi padre acariciándole el rostro, le dijo: "Hija mía, enamórate de un Gran Hombre y no volverás a llorar..." me pregunté tantas veces, cuál era la fórmula exacta para llegar a ser ese gran hombre y no dejarme vencer por las pequeñeces...


Conforme pasan los años, descubrimos que si tan solo todos los hombres lucháramos por ser grandes de espíritu, grandes de alma y grandes de corazón... ¡el mundo sería completamente distinto!.


Aprendí que un Gran Hombre no es aquel que compra todo lo que desea, pues habemos tantos que hemos comprado hasta el cariño y el respeto de quienes nos rodean.

Mi padre le decía: "No busques a un hombre que solo hable de sí mismo, sin preocuparse por ti... Ni a aquel que se pase las horas halagando sus propios logros... No te aferres a un hombre que te critique y te diga lo mal que te ves... o lo mucho que deberías cambiar...


¿Para qué quieres a un hombre que te abandonará si no cambias, por un cabello más claro?, ¿Por unos ojos de otro color? ¿o por un cuerpo más esbelto?... ¿si no supo admirar la verdadera belleza que hay en ti?".


Cuantas veces me dejé llevar por la superficialidad de las cosas, haciendo a un lado a quienes realmente me entregaban su sinceridad e integridad. Me costó trabajo comprender que GRAN HOMBRE no es el que llega más alto, ni el que tiene más dinero, casa, carro, ni el que vive rodeado de mujeres, ni mucho menos el más guapo. Un verdadero y gran hombre es aquel ser humano lleno de transparencia, que no oculta sus verdaderos sentimientos ni se refugia en vicios y cortinas de humo, es el que abre su corazón sin rechazar la realidad, es quien admira a una mujer por sus cimientos morales y grandeza interior. Un Gran Hombre, es el que camina de frente, sin bajar la mirada, es aquel que no miente y sabe llorar su dolor...


Hoy mi hermana está felizmente casada, y ese Gran Hombre con quien se casó no era ni el más popular, ni el más perseguido, ni el más solicitado, ni mucho menos el más adinerado. Ese Gran Hombre es quien simplemente nunca la hizo llorar, es quien la hace sonreír por lo mucho que han logrado juntos, por todos sus recuerdos, por cada alegría que comparten y por esos tres hijos que llenan sus vidas. Ese Gran Hombre, ama tanto a mi hermana que no se cansa de besar sus manos, y mucho menos sus labios. La quiere por quien ella es y por lo que son cuando están juntos...

DOS HISTORIAS UN SOLO MENSAJE.

ANTHONY DE MELLO.

ª Historia:

Una vez, un niño entró en la sala de emergencia de un hospital tras haber sido atropellado.

El motorizado que lo auxilió, al solicitársele que efectuara el depósito necesario para atender al niño, informó que no poseía en ese momento efectivo o cheque que pudiera dejar en garantía, pero que, si el hospital aceptase, efectuaría el depósito a primera hora de la mañana.

La enfermera, ante la imposibilidad de ordenar que el niño fuera atendido, fue a consultar el caso con uno de los directores del hospital que, justamente esa noche, estaba de guardia.

El doctor no dio la orden de atenderlo, hecho que condujo a la muerte de la criatura.

Cuando un rato después, el médico fue llamado para firmar el deceso del niño, descubre que éste era su hijo, quien pudo haberse salvado si hubiese sido atendido...

2ª Historia:

Antonio, un padre de familia, cierto día, cuando regresaba del trabajo, se encontró con un embotellamiento de tránsito infernal y notó que un señor conducía apresuradamente, cortándole el paso a todo el que podía al tratar de abrirse paso entre los vehículos.

Cuando se aproximó al carro de Antonio, se le atravesó de una manera tan brusca que por poco ocurre una colisión.

En ese momento, Antonio tuvo deseos de insultarlo e impedirle el paso, pero luego pensó:

¡ El pobre ! Está tan nervioso y apurado... ¡ Sabrá Dios si tiene un problema serio y necesita llegar cuanto antes a su destino !

Con estos pensamientos, detuvo por completo su auto y lo dejó pasar.

Al llegar a casa, Antonio recibió la noticia de que su hijo de tres años había sufrido un grave accidente y había sido llevado al hospital por su esposa.

Inmediatamente se dirigió al hospital; al llegar, su esposa corrió a sus brazos y lo tranquilizó diciéndole: Gracias a Dios todo está bien. El médico llegó justo a tiempo para salvar la vida de nuestro hijo; ya está fuera de peligro.

EL ÁRBOL DE LOS AMIGOS.

ANTHONY DE MELLO.

Existen personas en nuestras vidas que nos hacen felices
por la simple casualidad de haberse cruzado en nuestro camino.
Algunas recorren el camino a nuestro lado, viendo muchas lunas pasar,
mas otras apenas vemos entre un paso y otro.
A todas las llamamos amigos y hay muchas clases de ellos.

Tal vez cada hoja de un árbol caracteriza uno de nuestros amigos.
El primero que nace del brote es nuestro amigo papá y nuestra amiga mamá,
que nos muestra lo que es la vida.
Después vienen los amigos hermanos,
con quienes dividimos nuestro espacio para que puedan florecer como nosotros.
Pasamos a conocer a toda la familia de hojas a quienes respetamos y deseamos el bien.

Mas el destino nos presenta a otros amigos,
los cuales no sabíamos que irían a cruzarse en nuestro camino.
A muchos de ellos los denominamos amigos del alma, de corazón.
Son sinceros, son verdaderos.
Saben cuando no estamos bien, saben lo que nos hace feliz.

Y a veces uno de esos amigos del alma estalla en nuestro corazón
y entonces es llamado un amigo enamorado.
Ese da brillo a nuestros ojos, música a nuestros labios, saltos a nuestros pies.
Mas también hay de aquellos amigos por un tiempo,
tal vez unas vacaciones o unos días o unas horas.
Ellos acostumbran a colocar muchas sonrisas en nuestro rostro,
durante el tiempo que estamos cerca.

Hablando de cerca, no podemos olvidar a amigos distantes,
aquellos que están en la punta de las ramas
y que cuando el viento sopla siempre aparecen entre una hoja y otra.
El tiempo pasa, el verano se va, el otoño se aproxima y perdemos algunas de nuestras hojas,
algunas nacen en otro verano y otras permanecen por muchas estaciones.
Pero lo que nos deja más felices es que las que cayeron continúan cerca,
alimentando nuestra raíz con alegría.
Son recuerdos de momentos maravillosos de cuando se cruzaron en nuestro camino.

Te deseo, hoja de mi árbol, paz, amor, salud, suerte y prosperidad.
Simplemente porque cada persona que pasa en nuestra vida es única.
Siempre deja un poco de sí y se lleva un poco de nosotros.

Habrá los que se llevarán mucho,
pero no habrán de los que no nos dejarán nada.
Esta es la mayor responsabilidad de nuestra vida
y la prueba evidente de que dos almas no se encuentran por casualidad.

LA CARRETA VACÍA.

ANTHONY DE MELLO.

Caminaba con mi padre cuando se detuvo en una curva y después de un pequeño silencio me preguntó: "¿Oyes algo más que el cantar de los pájaros?" Agudicé mis oídos y algunos segundos después le respondí: "Sí, es el ruido de una carreta." "Eso es" - dijo mi padre - "Es una carreta vacía." Pregunté a mi padre: "¿Cómo sabes que es una carreta vacía, si aún no la vemos?" Entonces mi padre respondió: "Es muy fácil saber cuándo una carreta está vacía, por causa del ruido. Cuanto más vacía esté, mayor es el ruido que hace."

Me convertí en adulto y hasta hoy cuando veo a una persona hablando demasiado, interrumpiendo la conversación de todos, siendo inoportuna o violenta, presumiendo de lo que tiene, sintiéndose prepotente y echando de menos a la gente, o a aquellos que no pueden estar sin el estímulo de un televisor o de parlantes que impiden todo tipo de diálogo, tengo la impresión de oír la voz de mi padre diciendo: "Cuanto más vacía la carreta, mayor es el ruido que hace"

CONSTRUYENDO.

ANTHONY DE MELLO.

Un hombre sabio llamó a uno de sus trabajadores y le dijo, "Ve a la parte más profunda del país y constrúyeme una casa. Las decisiones del plano y de la construcción propiamente dicha están en tus manos, pero recuerda, tu trabajo es para un amigo mío muy especial."

Y así el trabajador partió con un corazón ligero a su campo de trabajo. Materiales de todo tipo abundaban allí, pero el trabajador tenía sus propias ideas. "Seguramente, pensaba, conozco mi negocio. Puedo usar materiales de menor cantidad y engañar a mi patrón un poquito, y aún así hacer que el trabajo final se vea bien. Solo yo sabré que lo que construí tiene puntos débiles."

Finalmente se terminó la construcción y el trabajador se reportó con el hombre sabio. "Muy bien," dijo. "Ahora ¿recuerdas que yo deseaba que usaras sólo los mejores materiales en esta casa porque quería regalársela a alguien?, mi amigo, tú eres para quien mandé construir esa casa. Es toda tuya."

COSAS QUE NO SE RECUPERAN.

"Existen cinco cosas en la vida que no se recuperan:

Una piedra después de haber sido lanzada;

Una palabra, después de haber sido proferida;

Una oportunidad, después de haberse perdido;

El tiempo, después de haber pasado.

El amor por el que no se lucha"

NADA ES SUPERIOR A DIOS.

ANTHONY DE MELLO.

En la corte tuvo lugar un fastuoso banquete. Todo estaba dispuesto de tal manera que cada cual se sentaba a la mesa según su rango. No había llegado todavía el monarca cuando apareció un hombre muy pobremente vestido y que se sentó en el sitio de mayor importancia. Tan insólito comportamiento indignó al primer ministro, quien le preguntó:

-¿Acaso eres un visir?

El hombre repuso: -Mi rango es superior al de visir.

-¿Acaso eres un primer ministro?

-Mi rango es superior.

El primer ministro preguntó: -¿Acaso eres el mismo rey?

-Mi rango es superior.

Desconcertado, el primer ministro preguntó nuevamente:

-¿Acaso eres Dios?

-Mi rango es superior.

Y el primer ministro vociferó fuera de sí:

-Nada es superior a Dios.

El mendigo repuso apaciblemente:

-Ahora sí sabes mi identidad. Esa nada soy yo.

Cuando el hombre alcanza su máximo grado de realización obtiene un estado de bendita serenidad que está vacuo en cuanto que trasciende todos los conceptos, el ego y toda identidad personal.

EL HOMBRE ECUÁNIME.

ANTHONY DE MELLO.

Si tienes dudas sobre lo que es la ecuanimidad escucha la historia del hombre ecuánime. Era dueño de un caballo, pero cierto día se despertó por la mañana, fue al establo y comprobó que el caballo había desaparecido. Entonces vinieron los vecinos a condolerse y a decirle:

-¡Qué mala suerte has tenido! Para un caballo que tenías y se ha marchado.

Y el hombre dijo:

-Sí, sí, así es, así es.

Pasaron unos días y una mañana el buen hombre se encontró con que en la puerta de su casa no solamente estaba su caballo, sino que había traído otro. Vinieron los vecinos y dijeron:

-¡Qué buena suerte la tuya! Ahora eres dueño de dos caballos.

El hombre repuso:

-Sí, sí, así es.

Al disponer de dos caballos ahora el hombre podía salir a montar a caballo con su hijo. Pero un día, el hijo se cayó del caballo y se fracturó una pierna. Vinieron los vecinos y dijeron:

--Mala suerte, muy mala suerte. ¡Si no hubiera venido ese segundo caballo...

El hombre dijo:

-Sí, sí, así es.

Pasó una semana y estalló la guerra. Todos los jóvenes fueron movilizados, menos el hijo herido al caerse del caballo. Y vinieron de nuevo los vecinos a ver al padre y le dijeron:

-¡Tú sí que tienes buena suerte! Tu hijo se ha librado de la guerra.

Y el hombre comentó:

-Sí, sí, así es.

La narración es un ejemplo de la ecuanimidad y también de cómo los propios hechos de la existencia (la rueda de la vida que gira y gira) habría que aprender a verlos desde la justa perspectiva.

DEPENDE DE QUIÉN SON LAS MANOS.

Una pelota de basketball en mis manos vale 19 dólares
En las manos de Michael Jordan vale 33 millones de dólares
Depende de quien son las manos

Una pelota de baseball en mis manos vale 6 dólares
En las manos de Marck McGuire vale 19 millones de dólares
Depende de quien son las manos

Una vara en mis manos podrá ahuyentar a una fiera salvaje
En las manos de Moisés hará que las aguas del mar se separen
Depende de quien son las manos.

Una honda en mis manos es tan solo un juguete
En las manos de David es un arma potente
Depende de quien son las manos

Dos peces y cinco piezas de pan en mis manos son unos emparedados
En las manos de Jesús alimentarán a una multitud
Depende de quien son las manos

Unos clavos en mis manos serán suficientes para construir una silla
En las manos de Jesucristo traerán salvación al mundo entero
Depende de quien son las manos.

Como podrás ver, depende de quien son las manos
Así que, coloca tus aflicciones, tus preocupaciones, tus temores, tus
anhelos, tus sueños, a tu familia y a tus relaciones personales en las manos de Dios, Porque recuerda que todo depende de quien son las manos.

LA FUERZA DE LA CRUZ.

En Barga (Italia) recrudecía la guerra. Una mujer del pueblo se prodigaba en innumerables obras de caridad. Le hicieron notar que podía caer en las garras de los alemanes. a pesar de las advertencias, ella continuó. Los partidarios de Hitler la capturaron y la llevaron a Lucca. La metieron en la cárcel, donde la maltrataron y torturaron, sometiéndola después a un apremiante interrogatorio.

- ¿Es cierto que albergaba a muchas personas en su casa?

- Si

- ¿Eran ingleses enemigos?

- Eran todos hermanos míos.

- ¿Hermanos? ¿Que uniforme llevaban?

- Andrajos, ropas hechas jirones.

- Díganos la verdad, prosiguieron, apuntándole con el fusil en las sienes: ¿Eran partisanos?

- Si, también partisanos -respondió tranquila la mujer-. Pero si queréis fusilar al responsable de lo que he hecho en pro de tantos hambrientos, heridos, moribundos, no tenéis que matarme a mi, sino al que es el único culpable.

- ¿Quien es? Díganos al momento quién es, como se llama, dónde se encuentra. Enseguida, ahora. ¿Quién es?

- Entonces la mujer sacó reverentemente del bolsillo un crucifijo, lo levantó delante de los fusiles de aquellos verdugos y dijo: ¡Ahí lo tenéis, fusiladlo!

Los ojos penetrantes de esos hombres se humedecieron y bajaron sus fusiles.

NI TÚ NI YO SOMOS LOS MISMOS.

El Buda fue el hombre más despierto de su época. Nadie como él comprendió el sufrimiento humano y desarrolló la benevolencia y la compasión. Entre sus primos, se encontraba el perverso Devadatta, siempre celoso del maestro y empeñado en desacreditarlo e incluso dispuesto a matarlo.

Cierto día que el Buda estaba paseando tranquilamente, Devadatta, a su paso, le arrojó una pesada roca desde la cima de una colina, con la intención de acabar con su vida. Sin embargo, la roca sólo cayó al lado del Buda y Devadatta no pudo conseguir su objetivo. El Buda se dio cuenta de lo sucedido permaneció impasible, sin perder la sonrisa de los labios.

Días después, el Buda se cruzó con su primo y lo saludó afectuosamente.

Muy sorprendido, Devadatta preguntó:

--¿No estás enfadado, señor?

--No, claro que no.

Sin salir de su asombro, inquirió:

--¿Por qué?

Y el Buda dijo:

--Porque ni tú eres ya el que arrojó la roca, ni yo soy ya el que estaba allí cuando me fue arrojada.

*El Maestro dice: Para el que sabe ver, todo es transitorio: para el que sabe amar, todo es perdonable.

LA LLAVE DE LA FELICIDAD.

El Divino se sentía solo y quería hallarse acompañado. Entonces decidió crear unos seres que pudieran hacerle compañía. Pero cierto día, estos seres encontraron la llave de la felicidad, siguieron el camino hacia el Divino y se reabsorbieron a Él.

Dios se quedó triste, nuevamente solo. Reflexionó. Pensó que había llegado el momento de crear al ser humano, pero temió que éste pudiera descubrir la llave de la felicidad, encontrar el camino hacia Él y volver a quedarse solo. Siguió reflexionando y se preguntó dónde podría ocultar la llave de la felicidad para que el hombre no diese con ella. Tenía, desde luego, que esconderla en un lugar recóndito donde el hombre no pudiese hallarla. Primero pensó en ocultarla en el fondo del mar; luego, en una caverna de los Himalayas; después, en un remotísimo confín del espacio sideral. Pero no se sintió satisfecho con estos lugares. Pasó toda la noche en vela, preguntándose cual sería el lugar seguro para ocultar la llave de la felicidad. Pensó que el hombre terminaría descendiendo a lo más abismal de los océanos y que allí la llave no estaría segura. Tampoco lo estaría en una gruta de los Himalayas, porque antes o después hallaría esas tierras. Ni siquiera estaría bien oculta en los vastos espacios siderales, porque un día el hombre exploraría todo el universo. "?Dónde ocultarla?", continuaba preguntándose al amanecer. Y cuando el sol comenzaba a disipar la bruma matutina, al Divino se le ocurrió de súbito el único lugar en el que el hombre no buscaría la llave de la felicidad: dentro del hombre mismo. Creó al ser humano y en su interior colocó la llave de la felicidad.

*El Maestro dice: Busca dentro de ti mismo. "Desafía" a Dios y róbale la suprema felicidad.

EL PEZ Y LA TORTUGA

Amanecía. Los primeros rayos del sol se reflejaban en las aguas azules del mar de Arabia. Una tortuga salía de su sueño profundo y se desperezaba en la playa. Abrió los ojillos y, de repente, vio un pez que sacaba la cabeza del agua. Cuando el pez se percató de la presencia de la tortuga, le preguntó:

--Amiga tortuga, presiento que hay sabiduría en tu corazón y quiero hacerte una pregunta: ¿qué es el agua?

La tortuga no repuso al instante.

No podía creer lo que le estaba preguntando aquel pez que estaba cerca de ella. Cuando se dio cuenta de que no estaba durmiendo y el suceso no era parte de un sueño, repuso:

--Amigo pez, has nacido en el agua, en el agua estás viviendo y en el agua hallarás la muerte. Alrededor de tu cuerpo hay agua y agua hay dentro de tu cuerpo. Te alimentas de lo que en el agua encuentras y en el agua te reproduces. ¡Y tú, pez necio, me preguntas qué es el agua!



*El Maestro dice: Ignorante como ese pez, naces, vives y mueres en el Ser y gracias al Ser y, empero, como ese pez que desconoce el agua en la que mora, tú ignoras la Realidad en la que habitas.

EL PAN NUESTRO...

Pasaba del medio día, el olor de pan caliente invadía aquella calle, un sol escaldarte invitaba a todos a un refresco...
Ricardito no aguanto el olor rico del pan y dijo:

- Papa, tengo hambre!!! El padre, Agenor, sin tener un centavo en el bolsillo, caminando desde muy temprano buscando un trabajo, mira con los ojos mareados al hijo y le pide un poco mas de paciencia...
- Pero papa, desde ayer no comemos nada, tengo mucha hambre, papa!!!

Avergonzado, triste y humillado en su corazón de padre, Agenor le pidió al hijo que esperara en la vereda y entró en la panadería que estaba en frente... Al entrar se dirige a un hombre en el mostrador:
- Señor, estoy con mi hijo de tan solo 6 años en la puerta, con mucha hambre, no tengo ninguna moneda, pues salí temprano para buscar un empleo y nada encontré, le pido que en el nombre de Jesús me de un pan para que yo pueda matar el hambre de ese niño, en cambio puedo barrer el piso de su establecimiento, lavar los platos y vasos, u otro servicio que usted necesite.

Amaro, el dueño de la panadería se extrañó de aquel hombre de semblante calmo y sufrido, que pide comida a cambio de trabajo y le dijo que llamara al hijo...
Agenor tomo al hijo de la mano y lo presento a Amaro, quien inmediatamente les pidió que los dos se sentaran junto al mostrador, donde mando servir dos platos de comida del famoso PH (Plato Hecho) - arroz, poroto, bife y huevo.. Para Ricardito era un sueño comer después de tantas horas en la calle... Para Agenor, un dolor mas, ya que comer aquella comida maravillosa lo hacia recordar a la esposa y a dos hijos que quedaron en casa solamente con un puñado de arroz...

Gruesas lagrimas bajaban de sus ojos ya en el primer bocado... La satisfaccion de ver a su hijo devorando aquel plato simple como si fuera un manjar, y el recuerdo de su pequeña familia en casa, fue demasiado para su corazón tan cansado de mas de dos años de desempleo, humillaciones y necesidades... Amaro se aproximo a Agenor y percibiendo su emoción, bromea para relajar:

- !Oh, Martha!!! Tu comida debe estar muy fea... Mira a mi amigo, ¡hasta esta llorando de tristeza de ese bistec!, sera que es suela de zapato?!?!

Inmediatamente, Agenor sonrio y dijo que nunca comio comida tan apetitosa, y que agradecía a Dios por tener ese placer... Amaro le pidió entonces que se tranquilice, que almorzase en paz y después conversarían acerca de trabajo...

Mas confiado, Agenor seco las lagrimas y empiezo a almorzar, ya que su hambre ya estaba en las espaldas... Después del almuerzo, Amaro invito a Agenor para conversar en los fondos de la panadería, donde había un pequeño escritorio...
Agenor contó entonces que hacia mas de dos años había perdido el empleo y desde entonces, sin una especialidad profesional, sin estudios, estaba viviendo de pequenas "chapuzas aquí y allí", pero que desde hacia semanas no conseguía nada...


Amaro resolvió entonces contratar a Agenor para servicios generales en la panadería, y apenado, le prepara al hombre una canasta básica con alimentos para por lo menos 15 dias... Agenor con lagrimas en los ojos agradeció la confianza de aquel hombre y marco para el día siguiente su inicio en el trabajo.

Al llegar en casa con toda aquella "cantidad", Agenor es un nuevo hombre.
Sentia esperanzas, sentia que su vida tomaria nuevo impulso... Dios le estaba abriendo mas que una puerta, era toda una esperanza de dias mejores..

Al dia siguiente, a las 5 de la mañana, Agenor estaba en la puerta de la panaderia ansioso para iniciar su nuevo trabajo... Amaro llego luego y sonrio a aquel hombre que ni el sabia porque, estaba ayudando... Tenian la misma edad, 32 años, e historias diferentes, pero algo dentro de el lo llamaba para ayudar a aquella persona...

Y, no se equivoco. Durante un año, Agenor fue el mas dedicado trabajador de aquel establecimiento, siempre honesto y extremadamente celoso con sus deberes... Cierto dia, Amaro llamo a Agenor para una charla y le hablo de una escuela que abrio lugares para la alfabetizacion de adultos a una cuadra arriba de la panaderia, y que el tenia interes que Agenor estudiara..
Agenor nunca se olvido de su primer dia de clase: la mano tremula en las
primeras letras y la emocion de la primera carta... Doce años pasaron desde aquel primer dia de clases...


Vamos a encontrar al Dr. Agenor Baptista de Medeiros, abogado, abriendo su oficina a su cliente, y despues a otro, y despues a otro mas... Al medio dia baja para un cafe en la panaderia del amigo Amaro, que queda impresionado en ver al "antiguo empleado" tan elegante en su primer traje... Diez años pasan, y el Dr. Agenor Baptista, con una clientela en la que mezcla los mas necesitados que no pueden pagar con los mas adinerados que pagan muy bien; decidio crear una institucion que ofrece a los desvalidos de la suerte, que andan por las calles, personas desempleadas y carenciados de todo tipo, un plato de comida
diariamente a la hora del almuerzo... Mas de 200 comidas se sirven diariamente en aquel lugar administrado por su hijo, el ahora nutricionista Ricardo Baptista... Todo cambio, todo paso, pero la amistad de aquellos dos hombres, Amaro y Agenor impresionaba a todos los que conocian un poco de la historia de cada uno...

Cuentan que a los 82 años los dos fallecieron el mismo dia, casi que en la misma hora, muriendo placidamente con una sonrisa del deber cumplido... Ricardito, el hijo, mando grabar delante de la "Casa del Camino", que su padre fundó con tanto carino:

Un dia yo tuve hambre, y me alimentaste.
Un dia yo estaba sin esperanzas y me diste un camino. Un dia me desperte solo, y me diste a Dios, y eso no tiene precio. Que Dios habite en tu corazon y alimente tu alma. !!! Y que te sobre el pan de la misericordia para extender a quien necesita!!!"

EL ABRAZO DE DIOS.

Un fuerte viento soplaba en una fria noche de marzo en las afueras de un pequeño hospital de Dallas, mientras el doctor entró en el cuarto donde se encontraba Diana Blessing. Ella aun estaba adormecida por la cirugía y su esposo David aguantaba su mano cuando el médico les comunicó el último informe de su recién nacida, la pequeña Danae Lu Blessing. La tarde del 10 de marzo de 1991, complicaciones habían forzado a Diana, con solo 24 semanas de embarazo (seis meses), a tener una cesárea de emergencia para que naciera Danae Lue, la nueva hija de la pareja.

La niña nació pesando solo una libra y nueve onzas y con solo 12 pulgadas de longitud. Los padres sabían que la niña era peligrosamente prematura, pero no estaban preparados para escuchar lo que la suave voz del medico estaba a punto de decir.

"No creo que podrá sobrevivir. Hay solo 10 % de posibilidad de que dure toda la noche y aunque sobreviva, su futuro será muy cruel. Nunca caminara o hablara. Posiblemente sea ciega. Será susceptible a enfermedades catastróficas como retraso mental".

"¡No, no, no!" era lo único que la madre podía decir. Ella al igual que su esposo David y su hijito Justin, de solo cinco años de edad, habían soñado por mucho tiempo en tener una hijita para así completar la familia con cuatro integrantes. Ahora en unas pocas horas, ese sueño estaba desapareciendo.

Durante las horas oscuras de la mañana, mientras la pequeña Danae Lue seguía luchando por vivir, su madre se dormía y despertaba pero con una creciente determinación no solo de que su pequeña hijita sobreviviría sino que seria una niña feliz y saludable. Sin embargo, David pensó que debía empezar a preparar a Diana para lo inevitable.

"Debemos empezar a hacer arreglos para el funeral," le decía el. Diana recuerda lo mucho que David intento convencerla pero ella rehusó escuchar y le respondía: "no, eso no va a ocurrir. No importa lo que los médicos digan. Danae no va a morir. ¡Un día estará bien y regresara a la casa con nosotros!".

Como si la determinación y voluntad de su madre se estuviera imponiendo, Danae se mantuvo sujeta a la vida hora tras hora a pesar de estar rodeada por máquinas médicas.

Cuando pasaron esos primeros largos días de vida en los cuales parecía que en cualquier momento Danae dejaría de respirar, una nueva agonía tomo lugar. Por tener un sistema nervioso tan frágil y subdesarrollado, el beso mas suave intensificaba la incomodidad de la pequeña así que ni siquiera los padres podían tenerla en sus brazos y ofrecerles de esa forma su amor y cariño. Todo lo que podían hacer mientras la pequeña yacía cubierta por rayos ultravioleta, tubos y cables, era orarle a Dios para que Él se mantuviera cerca de su pequeña. La niña siguió sobreviviendo aunque sin ninguna mejora drástica. También poco a poco fue aumentando de peso.

Al cumplir dos meses de vida, sus padres pudieron finalmente tomar a Danae en sus brazos por primera vez. Dos meses más tarde, a pesar que los médicos seguían pronosticando condiciones difíciles de vida para la pequeña Danae, ésta fue llevada a su casa con sus padres, tal como había su madre predicho.

Hoy, cinco años mas tarde, Danae es una chiquita batalladora con brillantes ojos grises y con un insaciable entusiasmo por vivir. Ella no tiene ni la más leve idea de su incierto e improbable nacimiento y lucha por sobrevivir. Tampoco hay síntoma alguno de impedimento físico o mental. Es todo lo que una pequeña de cinco años debe ser y mucho más. Pero este esta lejos de ser el fin de esta historia.

Una calurosa tarde en el verano de 1996, cerca de su casa en Irving, Texas, Danae estaba sentada en las piernas de su madre en las gradas de un terreno de béisbol donde Justin practicaba junto al resto de sus compañeros. Como siempre, Danae estaba hablando y sonriendo con su madre y algunos otros padres allí presente.

Estaba sentada cuando de repente dejo de hablar, cubrió su pecho con ambos bracitos y dijo: "¿Puedes oler eso?" Su madre al oler el aire y notar que se acercaba una tormenta respondió: "si, huele como lluvia." La pequeña cerro sus ojos y otra vez pregunto: "¿Puedes oler eso?" Nuevamente su madre respondió: "Si, creo que nos vamos a mojar, huele como lluvia." Aun en medio del momento, Danae meneo sus delgados hombros y sus pequeñas manos y dijo en alta voz, "no, huele como Él."

"Huele como Dios cuando tu recuestas tu pequeña cabeza en su pecho."

Lagrimas empañaron los ojos de Diana mientras su hijita corría a jugar con los otros niños justo antes de empezar a llover. Las palabras de su hijita confirmaban lo que Diana y todos los miembros de la familia sabían, por lo menos en sus corazones: "que durante esos largos días y noches de los dos primeros meses de la vida de Danae, cuando sus nervios eran muy sensitivos para ser tocados y sus padres ni siquiera podían tocarla o abrazarla, Dios estaba cargando a la pequeña en su pecho y es su amoroso aroma lo que ella recuerda tan bien".

EL BRAHMÍN

Era en el norte de la India, allí donde las montañas son tan elevadas que parece como si quisieran acariciar las nubes con sus picos. En un pueblecillo perdido en la inmensidad del Himalaya se reunieron un asceta, un peregrino y un brahmín. Comenzaron a comentar cuánto dedicaban a Dios cada uno de ellos de aquellas limosnas que recibían de los fieles. El asceta dijo:

--Mirad, yo lo que acostumbro a hacer es trazar un círculo en el suelo y lanzar las monedas al aire. Las que caen dentro del círculo me las quedo para mis necesidades y las que caen fuera del círculo se las ofrendo al Divino.

Entonces intervino el peregrino para explicar:

--Sí, también yo hago un círculo en el suelo y procedo de la misma manera, pero, por el contrario, me quedo para mis necesidades con las monedas que caen fuera del círculo y doy al Señor las que caen dentro del mismo.

Por último habló el brahmín para expresarse de la siguiente forma:

--También yo, queridos compañeros, dibujo un círculo en el suelo y lanzo las monedas al aire. Las que no caen, son para Dios y las que caen las guardo para mis necesidades.



*El Maestro dice: Así proceden muchas personas que se dicen religiosas. Tienen dos rostros y uno es todavía más falso que el otro.

lunes, 14 de junio de 2010

EL MAESTRO ZEN Y EL CRISTIANO.

Una vez visitó un cristiano a un maestro Zen y le dijo: Permíteme que te lea algunas frases del Sermón de la Montaña".

"Las escucharé con sumo gusto", replicó el maestro.

El cristiano leyó unas cuantas frases y se le quedó mirando. El maestro sonrió y dijo: "Quienquiera que fuese el que dijo esas palabras, ciertamente fue un hombre iluminado".

Esto agradó al cristiano, que siguió leyendo. El maestro le interrumpió y le dijo: "Al hombre que pronunció esas palabras podría realmente llamársele Salvador de la humanidad".

El cristiano estaba entusiasmado y siguió leyendo hasta el final. Entonces dijo el maestro: "Ese sermón fue pronunciado por un hombre que irradiaba divinidad".

La alegría del cristiano no tenía límites. Se marchó decidido a regresar otra vez y convencer al maestro Zen de que debería hacerse cristiano.

De regreso a su casa, se encontró con Cristo, que estaba sentado junto al camino. "Señor", le dijo entusiasmado, "he conseguido que aquel hombre confiese que eres divino!".

Jesús se sonrió y dijo: "¿Y qué has conseguido sino hacer que se hinche tu "ego" cristiano?"

ABANDONA TU NADA.

ANTHONY DE MELLO.

Pensaba que era de vital importancia ser pobre y austero. Jamás había caído en la cuenta de que lo vitalmente importante era renunciar a su "ego"; que el "ego" engorda tanto con lo santo como con lo mundano, con la pobreza como con la riqueza, con la austeridad como con el lujo. No hay nada de lo que no se sirva el "ego" para hincharse.

El discípulo: Vengo a ti con nada en las manos.

El maestro: Entonces suéltalo en seguida.

El discípulo: Pero ¿Cómo voy a soltarlo si es nada?

El maestro: Entonces llévatelo contigo.

De tu nada puedes hacer una auténtica posesión.
Y llevar contigo tu renuncia como un trofeo.
No abandones tus posesiones. Abandona tu "ego".

RENUNCIAR AL YO.

ANTHONY DE MELLO.

El discípulo: Vengo a ofrecerte mis servicios.

El maestro: Si renuncias a tu "yo", el servicio brotará automáticamente.

Puedes entregar todos tus bienes para ayudar a los pobres, y entregar tu cuerpo a la hoguera, y no tener amor en absoluto.

Guarda tus bienes y renuncia a tu "yo". No quemes tu cuerpo; quema tu "ego". Y el amor brotará automáticamente.

EL AMANTE HABLADOR.

ANTHONY DE MELLO.

Un amante estuvo durante meses pretendiendo a su amada sin éxito, sufriendo el atroz padecimiento de verse rechazado. Al fin su amada cedió: "Acude a tal lugar a tal hora", le dijo.

Y allí, a la hora fijada, al fin se encontró el amante junto a su amada. Entonces metió la mano en su bolso y sacó un fajo de cartas de amor que había escrito durante los últimos meses. Eran cartas apasionadas en las que expresaba su dolor y su ardiente deseo de experimentar los deleites del amor y la unión con ella. Y se puso a leérselas a su amada. Pasaron las horas y él seguía leyendo.

Por fin dijo la mujer: "¿Qué clase de estúpido eres? Todas esas cartas hablan de mí y del deseo que tienes de mí. Pues bien, ahora me tienes junto a ti y no haces más que leer tus estúpidas cartas".

"Ahora me tienes junto a ti", dijo Dios a su ferviente admirador" "y no haces más que darle vueltas a tu cabeza pensando en como hablar acerca de mí con tu lengua y leer lo que dicen de mí tus libros. ¿Cuándo te vas a callar y me vas a probar?

sábado, 12 de junio de 2010

EL SUEÑO DEL MONARCA Y DEL LABRIEGO.

Un labrador estaba durmiendo y, mientras dormía, soñaba que era rey. Este sueño le producía tal alegría ¡que se sentía el hombre más feliz de la tierra!

Ese mismo día un rey, que también estaba soñando, se veía en sus sueños arando un campo, soñaba que era labrador. Este sueño le producía tal alegría, ¡que también se sentía el hombre más feliz del mundo!

Cuando se despertaron los dos se dijeron a sí mismos: ¡Oh, qué pena sólo era un sueño! ¿Por qué han de ser reales las penas y la dicha y el placer tan sólo un sueño?"

EL LEOPARDO Y LAS MONAS.

F. M. DE SAMANIEGO. (ADAPTACIÓN)

Un leopardo, que iba cazando por la selva en busca de alimento, encontró un gran grupo de monas. Estas, en cuanto lo vieron, se subieron a los árboles, y allí, refugiadas y colgadas de las ramas, se sintieron seguras.

Pero he aquí que el leopardo era muy listo y astuto y se dijo: "Voy a hacerme el muerto, para que bajen éstas".

Las monas mientras tanto saltaban de un árbol a otro con gran regocijo, pero la más atrevida vio al leopardo tendido en el suelo y pensó: "Éste está muerto", y, sin pensarlo, bájó del árbol. Empezó a chillar muy contenta y dijo a las otras monas: "Bajad de los árboles, que nuestro enemigo está muerto".

Entonces bajaron todas las monas y con gran alegría tocaban al leopardo, saltaban encima de él, una le tiraba de las orejas, otra de los pelos del bigote... Al cabo de un rato, cuando ya estaban cansadas de tanto jugar y saltar, se levanta el leopardo con gran fiereza y mató y devoró a las inocentes monas.

FÁBULA DEL RATÓN Y EL GATO.

BURKINA.

Un día un gato vio a un ratoncillo corriendo por una casa y se puso a perseguirlo. El ratón, que no estaba en sus cabales, en vez de huir, se volvió al amo de la casa, que dormía profundamente.

El perro trató de calmar a los contendientes, pero no lo consiguíó; mientras sujetaba a uno, el otro le golpeaba, y viceversa. Entonces decidió pedir ayuda a los demás moradores del corral. Se dirigió al gallo y éste le respondió: -A mi echan cada vez que entro allí; así es que se arreglen ellos.

Acudió el caballo. Este dijo: -No salgo nunca de aquí y no seré yo quien entre hoy en una casa para separar dos locos.

Se dirigió a un chivo, que dijo: -Yo estoy en esta esquina y no pienso meterme en lo que pase fuera de aquí.

El perro salió de la finca y se dirigió a un buey, que le respondió: - Yo nunca entro en una finca, así es que no veo por qué voy a entrar en una casa. El perro, afligido, volvió a entrar y vio que, durante la lucha, se habían caído algunos objetos; uno de ellos, muy pesado, había matado al dueño de la casa.

A la mañana siguiente, se organizaron los funerales, y lo primero que hicieron fue ir a avisar al jefe. Pero como a éste no se debe uno presentar con las manos vacías, cogieron el gallo y se lo ofrecieron como regalo.

El perro quedó muy afectado al ver al gallo cabeza abajo, y éste le dijo:

-Esto es por la cuestió de la historia del gato y el ratón.

- Si me hubiese ayudado -contestó el perro-, no hubiera sucedido esto.

Luego hubo que avisar a la gente que vivía lejos y dieron el caballo a un joven que por poco lo mata a golpes. La costumbre exige que se mate a un chivo cuando muere un jefe de familia, y esta vez le tocó al chivo de marras hacer el gasto. Es tradición celebrar algún tiempo después unos funerales por un jefe de familia, y al buey le tocó ser sacrificado.

Cuando alguien con sus propios medios puede remediar los problemas de otro y no lo hace, más pronto o más tarde su egoísmo se volverá contra él.

LA TEMPESTAD Y LA OLLA.

FEDRO.

Parece, según como experiencia, que un alafarero fabrió, tiempo ha una olla, poniendo de su parte todo su saber y su arte; y, para que cociera más rápidamente y mejor, la puso a secar al aire libre. Al mismo tiempo, se origínó una gran tempestad de lluvia y viento, quien, acercándose a la olla, le preguntó:

-¿Qué cosa eres y cuál es tu nombre?

Ella, no recordando lo que era y olvidando que la habían fabricado con barro vil, respondió:

- He sido formada por el arte e ingenio de mi dueño y con su mano hábil y práctica; de tal modo que soy olla con todas las de la ley.

Hablóle entonces la tempestad de esta manera:

- Aunque te tengas por olla bien conformada en tu vana presunción, entérate de que, dentro de poco, volverás a ser lo que fuiste, destruida por el agua, a fin de que te percates de que no eres más que tierra vil y agua.

Y, dichas estas palabras, llovió mucho y se formaron encima de la olla grandes nubes. Sin ser cocida en el horno, se volvió tierra y agua.

EL VIENTO Y EL SOL.

ESOPO. (Adaptación)

Cuenta la leyenda que, una vez entre el Sol y el Viento surgió una porfía. Discutían sobre cuál de los dos lograría que un caminante se quitase la capa por su causa.

El Bóreas, que es un viento del norte, frío y veloz, pensó que con su fuerza haría volar la capa del caminante. Y se puso a soplar con gran ímpetu desde la región de Tracia.

Pero el caminante, al sentir tanto frío, sujetó su capa fuertemente y se sentó reclinando su espalda sobre una roca, protegiéndose así del frío viento.

El Sol, sin embargo, más astuto, comenzó a asomarse poco a poco. El caminante sintió alivio, y el frío viento comenzó a amainar. Más el calor lentamente fue aumentando, de tal modo que el caminante, obligado por los ardientes rayos que el Sol desprendía, se quitó la capa.

Y, de este modo, en la disputa salió el Sol vencedor y el Viento, a pesar de su fuerza, vencido.

EL AVARO Y EL ENVIDIOSO.

AVIANO.

El soberano Júpiter envió al Sol a informarse sobre las voluntades dudosas de los hombres. En ese tiempo, acudieron ante el Sol dos individuos de muy distinta condición, pues uno era avaro y el otro envidioso. El Sol les dijo:

- ¿Qué queréis y qué pedís? Declaradlo en confianza, que os será otorgado cuando solicitéis: el primero tendrá exactamente lo que pida y el segundo tendrá el doble:

Al oír esto, el avaro quería que el envidioso pidiese primero para obtener él el doble, creyendo que pediría alguna riqueza. Mas el envidioso, entendiéndolo así y considerando que el avaro le tocaría el doble de lo suyo, no pudo encubrif su envidia. Y así pidió que le fuera quitado un ojo, para que al otro le quitaran los dos. Y el Sol, al oír esto, sonriéndose, subió a lo alto hacia el dios Júpiter y le contó hasta qué punto la envidia riena entre los hombres: actúan de tal modo que sus semejantes se vean en peores daños y desgracias.

JUGUETES.

RABINDRANATH TAGORE.

¡Qué feliz eres, chiquillo, tirado ahí en el polvo, jugando hora tras hora con ese palito! No puedo menos de reírme viéndote jugar y jugar toda la mañana con ese pedacito de palo. Yo sumo y sumo, hora tras hora también, preocupado, con mis cuentas. Y quizá tú, mirándome, piensas: "¡Vaya un juego tonto! ¡Qué ganas de perder la mañana!"

¡Ay, chiquillo! ¡Yo he olvidado ya el arte de distraerme con palitos y con tortas de barro! ¡No quiero más que juguetes caros, reunir pedazos de oro y plata! Tú, con cualquier cosilla que te encuentras, juegas contento. Yo malgasto tiempo y fuerzas en cosas que nunca podré tener. Pretendo atravesar el mar de la ambición con mi frágil barquilla, ¡y me olvido de que yo también estoy jugando!

LOS DOS VIAJEROS.

CLARIS DE FLORIAN.

Compadre Tomás y su amigo Lubin iban los dos a pie a la ciudad vecina. Tomás halla, en el camino, una bolsa llena de monedas. La mete en su bolsillo. Lubín, con gran contento, le dice: "¡Qué suerte hemos tenido!".
"No - responde fríamente Tomás-; "hemos" no está bien dicho; "he" es más correcto".
Lubín no se atreve a chistar. Más, al dejar el llano, encuentran a unos ladrones en el bosque escondidos. Tomás, temblando y no sin causa, dice: "Estamos perdidos" "No - contesta Lubín-, "estamos" no es muy lógico; "estás" es otra cosa".
Dicho esto, se escapan a través de los bosques. Atenazado por miedo. Tomás pronto es alcanzado y tiene que entregar la bolsa.