AVIANO.
El soberano Júpiter envió al Sol a informarse sobre las voluntades dudosas de los hombres. En ese tiempo, acudieron ante el Sol dos individuos de muy distinta condición, pues uno era avaro y el otro envidioso. El Sol les dijo:
- ¿Qué queréis y qué pedís? Declaradlo en confianza, que os será otorgado cuando solicitéis: el primero tendrá exactamente lo que pida y el segundo tendrá el doble:
Al oír esto, el avaro quería que el envidioso pidiese primero para obtener él el doble, creyendo que pediría alguna riqueza. Mas el envidioso, entendiéndolo así y considerando que el avaro le tocaría el doble de lo suyo, no pudo encubrif su envidia. Y así pidió que le fuera quitado un ojo, para que al otro le quitaran los dos. Y el Sol, al oír esto, sonriéndose, subió a lo alto hacia el dios Júpiter y le contó hasta qué punto la envidia riena entre los hombres: actúan de tal modo que sus semejantes se vean en peores daños y desgracias.
genial
ResponderEliminarNo sé porqué, pero me recuerdan a mis hermanos Fernando y Francisco José Ysita del Hoyo.
ResponderEliminaresto nos enseña a no ser avaros ni envidiosos
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