Un labrador estaba durmiendo y, mientras dormía, soñaba que era rey. Este sueño le producía tal alegría ¡que se sentía el hombre más feliz de la tierra!
Ese mismo día un rey, que también estaba soñando, se veía en sus sueños arando un campo, soñaba que era labrador. Este sueño le producía tal alegría, ¡que también se sentía el hombre más feliz del mundo!
Cuando se despertaron los dos se dijeron a sí mismos: ¡Oh, qué pena sólo era un sueño! ¿Por qué han de ser reales las penas y la dicha y el placer tan sólo un sueño?"
No hay comentarios:
Publicar un comentario