ANTHONY DE MELLO.
"Ya me he pillado los dedos una vez. ¡Nunca más volveré a enamorarme!",
dijo el amante que se había visto rechazado.
"Eres como aquel gato que, habiéndose quemado por sentarse en una
estufa, nunca más quiso volver a sentarse", replicó el Maestro.
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