ANTHONY DE MELLO.
Mi amigo y yo fuimos a La Feria Mundial de las Religiones. No era una feria comercial. Era una feria de la religión. Pero la competencia era tan feroz y la propaganda igual de estruendosa.
En el stand judío nos dieron unos folletos en los que se decía que Dios se compadecía de todos y que los judíos eran su pueblo escogido. Los judíos. Ningún otro pueblo era tan escogido como el pueblo judío.
En el stand musulmán supimos que Dios era misericordioso con todos y que Mahoma era su único profeta. Que la salvación se obtiene escuchando al único profeta de Dios.
En el stand cristiano descubrimos que Dios es Amor y que no hay salvación fuera de la Iglesia. O se entra en la Iglesia, o se corre el peligro de la condenación eterna.
Al salir pregunté a mi amigo: ¿ Qué piensas de Dios ?.
Que es intolerante, fanático y cruel , me respondió.
Cuando llegué a casa, le dije a Dios: ¿ Cómo soportas éstas cosas, Señor ? ¿ No ves que han estado usando mal tu nombre durante siglos ?
Y me dijo Dios: Yo no he organizado la feria. Incluso me habría dado vergüenza visitarlas
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