martes, 23 de junio de 2009

LOS DOS JILGUEROS.

Dos jilgueros estaban muy alegres tomando el fresco sobre el mismo árbol. Éste era un chopo.
Uno se había posado arriba, en lo más alto de la copa del chopo; el otro, abajo en la bifurcación de dos ramas.
Después de un rato, el jilguero que estaba arriba, por romper el silencio, dijo:
-¡Hay que ver! ¡Que bonito es el verde de estas hojas!
El jilguero que estaba abajo lo tomó como una provocación. Le respondió secamente:
-¡Tú estás ciego! ¿No ves que son blancas?
Y el que estaba arriba, todo picado:
-¡Tí sí que estás ciego! ¡Son verdes!
Y el otro desde abajo, volviendo el pico amenazador hacia arriba:
-Te juego las plumas de la cola a que las hojas son blancas. Tú no entiendes ni gorda. ¡Eres tonto!
El jilguero de la copa del chopo sintió que le hervía la sangre. Sin pensarlo dos veces se precipitó sobre su adversario para darle una lección. El otro no se movió. Cuando estaban juntos, el uno frente al otro, con las plumas del cuello alborotadas de ira, por pura casualidad se volvieron los dos a mirar hacia arriba, en la misma dirección. El jilguero que venía de lo alto de la copa del chopo emitió un "¡Oh!" de sorpresa.
-Pues llevas razón: ¡Son blancas!
Pero, en tono reconciliador, le dijo a su amigo:
-Ven, por favor, a la copa donde yo estaba antes.
Volvieron a la rama más alta del chopo y dijeron los dos a coro:
-Pues sí que son verdes.

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