LOS ZAPATOS.
Un rey vago y estúpido se quejaba de que la aspereza del suelo lastimaba sus pies. Era tan comodón que no podía soportar aquella incomodidad, así es que se puso a pensar cómo poder solucionar el problema.
Piensa que te piensa se le ocurrió alfombrar de cuero todo el país, sin reparar en lo costoso e imposible de su deseo. Y así ordenó que se hiciera.
El bufón de la corte se mataba de risa cuando el rey se lo contó.
“¡Es una idea absolutamente absurda. Majestad!”, exclamó. “¿A qué viene un gasto tan innecesario? ¡Mandad cortar dos trozos de cuero y protegeos con ellos vuestros reales pies!”.
Así lo hizo el rey. Y así se inventaron los zapatos.
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