EL CONSEJO DEL OSO.
(L. TOLSTOI)
Dos amigos atravesaban un bosque intrincado y salvaje en el que no había vestigio alguno de la civilización.
De pronto apareció ante ellos un oso hambriento que les salió al encuentro con actitud amenazadora.
Uno de los dos amigos, atropellando al otro huyó rápido, sin preocuparse del compañero. Procurando su propia salvación se encaramó rápidamente a un árbol.
El otro, para salvarse, no encontró fórmula mejor que tirarse en tierra, quedándose inmóvil y sin respirar, como si estuviera muerto.
Llegó el oso, le lamió durante un buen rato y, creyéndole muerto, se fue.
Cuando el oso desapareció, el amigo que se había subido al árbol, todavía temblando, preguntó:
-“Cuando el oso se ha acercado, parecía que te estaba hablando. ¿Qué te ha dicho?”…
-“Me ha dicho una sola cosa: que no me fie nunca de los amigos como tú.”
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