lunes, 4 de octubre de 2010

EL ASNO Y LAS RANAS.

F.M DE SAMANIEGO (Adaptación)

Iba caminando por un campo un burro con una gran carga de leña. Este burro era bastante viejo, pues se le veían sólo huesos, pellejo y poco más. Sus huesos, ya cansados por los años, no podían apenas transportar la carga.

El paso que llevaba era muy lento y la carga demasiado pesada. Todo se le volvía en su contra. Y, para colmo de males, fue a caer en una laguna llena de fango y no podía salir.

Al verse allí metido, lleno de agua y lodo, perdió la paciencia y comenzó a quejarse de su destino, diciendo malas y necias expresiones que no eran propias de un burro de su edad.

Unas ranas que había en la laguna, al oírle se taparon los oídos. Otras en cambio, le escuchaban atentamente y le dijeron al burro: "Aprende a sufrir y ten resignación. Fïjate en nosotras, estamos en esta laguna fangosa desde que nacimos, pues estas aguas están estancadas. No podemos siquiera conocer otras aguas, y menos aún el mar, ni tampoco sabemos qué pasa por el mundo. Así que mira si tenemos motivos para quejarnos, pero como sobrellevamos nuestro destino con optimismo, Dios cada día nos premia dándonos salud, comida y alegría".

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