viernes, 30 de octubre de 2009

LAS MOSCAS.

ESOPO.

De un panal se derramó su deliciosa miel, y las moscas acudieron ansiosas a devorarla. Y era tan dulce que no podían dejarla. Pero sus patas se fueron prendiendo en la miel y no pudieron alzar el vuelo de nuevo. Ya a punto de ahogarse en su tesoro, exclamaron:

-- ¡ Nos morimos, desgraciadas nosotras, por quererlo tomar todo en un instante de placer !

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