viernes, 30 de octubre de 2009

LA LANGOSTA Y SU MADRE.

ESOPO.

- No andes atravesada y no roces tus costados contra la roca mojada, - decía una langosta a su hija.

-Madre, - repuso ésta, - tú, que quieres instruirme, camina derecha y yo te miraré y te imitaré.

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