martes, 21 de junio de 2011

COLORES.

Hoy es un día violeta, es decir que amenaza con lluvia. De veredas repletas de gente que apenas se mira. Así son los días violetas. A mi me pasa que quiero escribir un cuento y la lapicera se me corre de las manos. Qué tengo ganas de tomar leche con galletitas y seguro que si voy a la mesa me encuentro con un tazón de té. Y que no me enojo porque los violetas no son días de enojarse.
Podría ser azul, como cuando el cielo es un espejo y las caras de las personas parecen flores que se abren contra el viento. O rojo, cuando todo parece estar a punto de suceder; una risa a punto de estallar, dos manos a punto de estrecharse, un avión a punto de levantar vuelo. Pero no, ni rojo ni azul. El día de hoy es violeta y así son los días violetas.

Por mucho que uno quisiera no podría volverse amarillo. Un día amarillo claro. De esos en que los ojos se quedan atrapados en el vidrio de una ventana y los recuerdos son de atrás para adelante y de adelante para atrás. Como si se abriera un álbum de fotografías y las caras risueñas de los amigos vivieran de nuevo momentos que ya pasaron.

Esos días amarillos en los que uno está dentro de la casa porque llueve. Esos días amarillos que se confunden con los grises porque cuando llueve el cielo se pone gris, sin embargo los días grises son distintos. En ellos puede haber sol y los árboles estar más que florecidos. En los días grises es la mirada de uno la que tiene nubes y entonces por cualquier cosa se llora. O se hace puchero. O un nudo en la garganta simplemente porque sí. O porque uno quisiera que fuera un día azul y las nubes de la mirada lo nublan todo.

A mí me gustan los días verdes, como las copas de los árboles en primavera. Como enormes extensiones de campo vistas desde lo alto. Son días en los cuales los edificios parecen construidos de pasto y hasta los delantales blancos de la escuela parecen hojas moviéndose de aquí para allá. Unos se cuenta desde que amanece cuando un día es verde.

Hay días lisos, con pintitas y multicolores. Horas anaranjadas con horas fucsias que se mezclan y tardes blancas para enamorarse.

Así se desliza la vida. Desde la paleta de un pintor desconocido. El tiempo se derrama gota a gota del pincel.

Por eso hoy es un día violeta y tal vez mañana sea rojo o dorado o transparente. En uno de esos quizás nos encontremos...

Silvia Schujer

CELEBRACIÓN DE LA VOZ HUMANA.

Los indios Shuar, los llamados Jíbaros, cortan la cabeza del vencido.
La cortan y la reducen, hasta que cabe en un puño,
para que el vencido no resucite.
Pero el vencido no está del todo vencido
hasta que le cierran la boca.
Por eso le cosen los labios con una fibra
que jamás se pudre.

Eduardo Galeano

CAPERUCITA.

Caperucita sólo tiene dieciséis
primaveras sin flores, papá le dice: "Ven,
Caperucita, eres joven y tienes que aprender
a ocuparte de la casa, que serás una mujer.

Para que seas buena esposa
y no envejezcas sola,
en la cama y la cocina has de saber
alegrar a tu marido y cuidar a cada hijo,
que te atrapa tu destino,
que has de ser madre y esposa".
Y la pobre Caperucita llora.

"Quiero volar, lejos de aquí escapar.
Dime, mi bien, quién me llorará
Si me dan alas y echo a volar.
Quiero dormir, no quiero despertar,
quiero ser la lluvia al otro lado del cristal,
quizás alguien me espere en la oscuridad".

Una fría tarde Caperucita iba
a casa de su abuela a llevarle comida,
cuando se encontró con un lobo feroz.
Dime dónde vas, niña, que te acompaño yo.

La muchacha se supo perdida.
Gritaba Caperucita
mientras la devoraba el lobo.
Bajo la falda del vestido
estallaron los dormidos
sueños que en la noche
la mantenían viva. Pobre Caperucita.

"Quiero volar, lejos de aquí escapar.
Dime, mi bien, quién me llorará
si me dan alas y echo a volar.
Quiero dormir, no quiero despertar,
quiero ser la lluvia al otro lado del cristal,
quizás alguien me espere en la oscuridad".
Una gris mañana Caperucita se casó,
vestida de blanco, bella como una flor.
Su marido, muy elegante, otro lobo feroz,
y su padre orgulloso lloraba de emoción.

Ahora cada noche el lobo la devora,
clava sus dientes, y llora
Caperucita mientras espera a que un aullido
le diga que el dormido animal despertó.
Después descansa tranquilo el malvado lobo feroz.

La cara de Caperucita alumbra una sonrisa
mientras mece una cuna. En ella está una niña,
quizás futura oveja para un lobo feroz,
a no ser que afortunada la rescate tu amor.

Caperucita la arrulla contra el pecho
y un murmullo lento, lleno
de esperanza y vida,
canta Caperucita.

"Quiero volar, lejos de aquí escapar.
Dime, mi bien, quién me llorará
si me dan alas y echo a volar.
Quiero dormir, no quiero despertar,
quiero ser la lluvia al otro lado del cristal,
quizás alguien me espere en la oscuridad.

Quiero volar".

Ismael Serrano

CANTO AL AMOR.

Hermanos: Ambicionad los carismas mejores. Y aún os voy a mostrar un camino mejor.

Ya podría yo hablar las lenguas de los hombres y de los ángeles;
si no tengo amor,
no soy más que un metal que resuena o unos platillos que aturden.

Ya podría tener el don de predicación y conocer todos los secretos
y todo el saber; podría tener una fe como para mover montañas;
si no tengo amor,
no soy nada.

Podría repartir en limosnas todo lo que tengo
y aun dejarme quemar vivo;
si no tengo amor,
de nada me sirve.

El amor es comprensivo, el amor es servicial
y no tiene envidia;
el amor no presume ni se engríe;
no es mal educado ni egoísta;
no se irrita, no lleva cuentas del mal;
no se alegra de la injusticia,
sino que goza con la verdad.

Disculpa sin límites,
cree sin límites, espera sin límites,
aguanta sin límites.

El amor no pasa nunca.

Lectura de la primera carta del apóstol san Pablo a los corintios

BREVEDAD.

He nacido hoy de madrugada,
viví mi niñez esta mañana
y sobre el mediodía
ya transitaba mi adolescencia.
Y no es que me asuste
que el tiempo se me pase tan aprisa,
sólo me inquieta un poco pensar
que tal vez mañana
yo sea demasiado viejo
para hacer lo que he dejado pendiente.

BREVEDAD.

He nacido hoy de madrugada,
viví mi niñez esta mañana
y sobre el mediodía
ya transitaba mi adolescencia.
Y no es que me asuste
que el tiempo se me pase tan aprisa,
sólo me inquieta un poco pensar
que tal vez mañana
yo sea demasiado viejo
para hacer lo que he dejado pendiente.

ANTES DE HABLAR, REFLEXIONA.

Había una vez un niño que tenía muy mal carácter y se peleaba con todo el mundo. Un día su padre le dio una bolsa con clavos y le dijo lo siguiente:

- Cada vez que pierdas la calma, cada vez que discutas con alguien, irás a clavar un clavo en la cerca que está detrás de casa.Así pues, cada vez que el chico se enojaba con alguien, tomaba el martillo y clavaba un clavo en la cerca. En poco tiempo había clavado treinta y siete clavos. Sin embargo, a medida que clavaba se fue calmando porque descubrió que era mucho más fácil controlar su carácter que tomarse el trabajo de clavar los clavos en la madera.

Pasaron unos meses y el niño le dijo a su padre:

-En las últimas semanas no he discutido con nadie.

Su progenitor le sugirió entonces que cada vez que controlara su carácter sacara un clavo de la cerca. Los días pasaron y el joven fue sacando clavo tras clavo. Hasta que un día el hijo se le acercó a su padre y le anunció:

-Ya he sacado todos los clavos.

El padre lo observó y, tomándolo de la mano, lo condujo a la cerca.

-Observa, hijo, has hecho bien, pero fíjate en todos los agujeros que han quedado; esta madera ya nunca será la misma de antes. Cuando dices o haces cosas que ofenden a otro, dejas una cicatriz como este agujero de la cerca. El daño ya está hecho. Aunque pidas perdón, allí donde hayas dado una estocada habrá quedado una herida.

ANIMARSE A VOLAR.

Para Ioshúa que se animó a correr el riesgo y voló...
(publicado originalmente en Recuentos para Demián. 1991) Ahora en Cuentos para pensar.

Y cuando se hizo grande, su padre le dijo:
Hijo mío, no todos nacen con alas. Y si bien es cierto que no tienes obligación de volar, opino que sería penoso que te limitaras a caminar teniendo las alas que el buen Dios te ha dado.
- Pero yo no sé volar - contestó el hijo.
- Ven - dijo el padre.
Lo tomó de la mano y caminando lo llevó al borde del abismo en la montaña.
- Ves hijo, este es el vacío. Cuando quieras podrás volar. Sólo debes pararte aquí, respirar profundo, y saltar al abismo. Una vez en el aire extenderás las alas y volarás...
El hijo dudó:
- ¿ Y si me caigo ?
- Aunque té caigas no morirás, sólo algunos machucones que te harán más fuerte para el siguiente intento - contestó el padre.
El hijo volvió al pueblo, a sus amigos, a sus pares, a sus compañeros con los que había caminado toda su vida.
Los más pequeños de mente le dijeron: -¿ Estás loco ?
-¿ Para qué?
- Tu padre está delirando...
-¿ Qué vas a buscar volando
- ¿ Por qué no te dejas de pavadas?
- Y además, ¿quién necesita volar?
Los más lúcidos también sentían miedo: - ¿Será cierto?
- ¿No será peligroso?
- ¿Por qué no empiezas despacio?
- En todo caso, prueba tirarte desde una escalera
- ...0 desde la copa de un árbol, pero... ¿desde la cima?
El joven escuchó el consejo de quienes lo querían.
Subió a la copa de un árbol y con coraje saltó...
Desplegó las alas.
Las agitó en el aire con todas sus fuerzas...... pero igual... se precipitó a tierra...
Con un gran chichón en la frente se cruzó con su padre:
- iMe mentiste! No puedo volar. Probé, y mira el golpe que me di!. No soy como tú. Mis alas sólo son de adorno... lloriqueó.
- Hijo mío - dijo el padre - Para volar hay que crear el espacio de aire libre necesario para que las alas se desplieguen.
Es como para tirarse en un paracaídas... necesitas cierta altura antes de saltar.
Para aprender a volar siempre hay que empezar corriendo un riesgo.
Si uno no quiere correr riesgos, lo mejor será resignarse y seguir caminando para siempre...

Jorge Bucay

A CONSTRUIR PUENTES.

No hace mucho tiempo, dos hermanos que vivían en granjas vecinas cayeron en un conflicto.
Éste fue el primer problema serio que tenían en cuarenta años de cultivar juntos, compartiendo maquinaria e intercambiando cosechas y bienes de forma continua.
Esta larga y beneficiosa colaboración terminó repentinamente.
Comenzó con un pequeño malentendido y fue creciendo hasta llegar a ser una diferencia mayor entre ellos y explotó en un intercambio de palabras amargas seguido de semanas de silencio.
Una mañana alguien llamó a la puerta de Luis. Al abrirla, encontró un hombre con herramientas de carpintero. "Estoy buscando trabajo por unos días", dijo el extraño. "Quizás usted requiera algunas pequeñas reparaciones en su granja y yo pueda serle de ayuda".
"Sí", dijo el mayor de los hermanos. "Tengo un trabajo para usted. Mire al otro lado del arroyo aquella granja, ahí vive mi vecino, bueno, de hecho, es mi hermano menor. La semana pasada había una hermosa pradera entre nosotros, él tomó su buldózer y desvió el cauce del arroyo para que nos separara. Bueno, él pudo haber hecho esto para enfurecerme, pero le voy a hacer una mejor. ¿Vé usted aquella pila de desechos de madera junto al granero? Quiero que construya una cerca, una cerca de dos metros de alto, pues no quiero verlo nunca mas".
El carpintero le dijo: "Creo que comprendo su situación. Muéstreme donde están los clavos y la pala para hacer los hoyos de los postes y le entregaré un trabajo que lo dejará satisfecho".
El hermano mayor ayudó al carpintero a reunir todos los materiales y dejó la granja por el resto del día para ir por provisiones al pueblo.
El carpintero trabajó duro midiendo, cortando y clavando.
Cerca del ocaso, cuando el granjero regresó, el carpintero justo había
terminado su trabajo.
El granjero quedó con los ojos completamente abiertos: no había ninguna cerca de dos metros. En su lugar había un puente. Un puente que unía las dos granjas a través del arroyo. Era una fina pieza de arte, con todo y un pasamanos.
En ese momento, su vecino, su hermano menor, vino desde su granja y abrazando a Luis le dijo: “Eres una gran persona, mira que construir este hermoso puente después de lo que te he hecho y dicho”.
Estaban en su reconciliación los dos hermanos, cuando vieron que el carpintero tomaba sus herramientas. “¡No!, espera”, le dijo el hermano mayor. "Quédate unos cuantos días, tengo muchos proyectos para ti".
"Me gustaría quedarme", dijo el carpintero, pero tengo muchos puentes por construir.

Moraleja;
No guardes resentimientos, en lugar de esto construye puentes de paz, de amor... y podrás ser feliz y hacer felices a los demás.
Recuerda: lo que se guarda en el corazón, se guarda siempre. Vale la pena disfrutar la vida.

¿POR QUÉ LA GENTE GRITA?

Un día un maestro preguntó a sus discípulos lo siguiente:
- ¿Por qué la gente se grita cuando están enojados?

Los discípulos pensaron unos momentos:
- Porque perdemos la calma, dijeron.

Pero, ¿por qué gritar cuando la otra persona está a tu lado?, preguntó el maestro. ¿No es posible hablarle en voz baja? ¿Por qué gritas a una persona cuando estás enojado? Los discípulos dieron algunas otras respuestas pero ninguna de ellas satisfacía al maestro.

Finalmente él explicó:
- Cuando dos personas están enojadas, sus corazones se alejan mucho. Para cubrir esa distancia deben gritar, para poder escucharse. Mientras más enojados estén, más fuerte tendrán que gritar para escucharse uno a otro a través de esa gran distancia.

Luego el maestro preguntó:
- ¿Qué sucede cuando dos personas se enamoran? Ellos no se gritan sino que se hablan suavemente, ¿por qué? Porque sus corazones están muy cerca. La distancia entre ellos es muy pequeña.

El maestro continuó:
- Cuando se enamoran aún más, ¿qué sucede? No hablan, sólo susurran y se vuelven aún más cerca en su amor. Finalmente, no necesitan siquiera susurrar, sólo se miran y eso es todo. Así es cuando están cerca dos personas que se aman.

Luego el maestro dijo:
- Cuando discutan no dejen que sus corazones se alejen, no digan palabras que los distancien más, porque llegará un día en que la distancia sea tan grande, que no encontrarán de nuevo el camino de regreso.

AMAR O DEPENDER.

Cuentan que una bella princesa estaba buscando consorte. Aristócratas y adinerados señores habían llegado de todas partes para ofrecer sus maravillosos regalos. Joyas, tierras, ejércitos y tronos conformaban los obsequios para conquistar a tan especial criatura.

Entre los candidatos se encontraba un joven plebeyo, que no tenía más riquezas que amor y perseverancia. Cuando le llegó el momento de hablar, dijo:

Princesa, te he amado toda mi vida. Como soy un hombre pobre y no tengo tesoros para darte, te ofrezco mi sacrificio como prueba de mi amor. Estaré cien días sentado bajo tu ventana, sin más alimentos que la lluvia y sin más ropas que las que llevo puestas .Ésa es mi dote...

La princesa, conmovida por semejante gesto de amor, decidió aceptar. Tendrás tu oportunidad: Si pasas la prueba, me desposarás.

Así pasaron las horas y los días. El pretendiente estuvo sentado, soportando los vientos, la nieve, y las noches heladas. Sin pestañear, con la vista fija en el balcón de su amada, el valiente vasallo siguió firme en su empeño, sin desfallecer un momento. De vez en cuando la cortina de la ventana real dejaba traslucir la esbelta figura de la princesa, la cual, con un noble gesto y una sonrisa, aprobaba la faena.

Todo iba a las mil maravillas. Incluso algunos optimistas habían comenzado a planear los festejos. Al
llegar el día noventa y nueve, los pobladores de la zona habían salido a animar al próximo monarca. Todo era alegría y jolgorio, hasta que de pronto, cuando faltaba una hora para cumplirse el plazo, ante la mirada atónita de los asistentes y la perplejidad de la infanta, el joven se levantó y sin dar explicación alguna, se alejó lentamente del lugar.

Unas semanas después, mientras deambulaba por un solitario camino, un niño de la comarca lo alcanzó y le preguntó a quemarropa:

¿Qué fue lo que te ocurrió? Estabas a un paso de lograr la meta. ¿Por qué perdiste esa oportunidad? ¿Por qué te retiraste?.

Con profunda consternación y algunas lágrimas mal disimuladas, contestó en voz baja:

No me ahorró ni un día de sufrimiento... Ni siquiera una hora... NO MERECÍA MI AMOR.

LA QUE ERA SORDA.

Había una vez un hombre rico desposado con una joven sorda por completo.

Una mañana, mientras desayunaban, ella le dijo:

-Ayer visité el mercado y exhibían vestidos de seda de Damasco, velos de la India, collares de Persia y brazaletes de Yemén. Parece que las caravanas acaban de traer todo eso a nuestra ciudad. Y ahora mírame, yo en harapos, siendo la esposa de un hombre rico. Debo comprar alguno de esos hermosos objetos.

-Querida -contestó el esposo, aún ocupado con su café matinal- no existe razón alguna por la cual tú no vayas al mercado y compres todo lo que tu corazón desee.

-¡No! -protestó la esposa sorda-. Siempre dices no, no. ¿Es necesario que aparezca en harapos ante nuestros amigos, avergonzando así a tu fama y a mi gente?

-No he dicho que no -dijo el esposo-; puedes ir libremente a la plaza del mercado y comprar la vestimenta más hermosa y las joyas que hayan llegado a nuestra ciudad.

Pero otra vez la esposa equivocó la lectura de sus palabras y replicó:

-De todos los hombres ricos tú eres el más miserable. Me niegas toda belleza y hermosura mientras las otras mujeres de mi edad caminan por los jardines de la ciudad ataviadas con ricos vestidos. -Y comenzó a llorar. Y mientras sus lágrimas caían sobre su pecho gritó otra vez: -Tú siempre me dices no, no, cuando deseo un vestido o una joya.

Entonces el esposo, conmovido, se levantó, y sacando de su bolsa un puñado de oro, se lo entregó y con dulzura le dijo:

-Ve al mercado, querida mía, y compra todo lo que desees.

Desde ese día la joven y sorda esposa cada vez que deseaba algo aparecía ante su esposo con una perlada lágrima en los ojos, y él en silencio tomaba un puñado de oro y lo ponía sobre sus faldas.

Pero ocurrió que la joven se enamoró de un joven cuyo hábito era realizar largos viajes. Y cuando él partía ella se sentaba a llorar.

Cuando el esposo la hallaba llorando decía en su corazón: "Debe haber llegado una nueva caravana con prendas de seda y joyas raras".

Y sacaba otro puñado de oro y se lo entregaba.

Gibrán Jalil Gibrán

LA PERLA.

Dijo una ostra a otra ostra vecina:

-Siento un gran dolor dentro de mí. Es pesado y redondo y me lastima.

Y la otra ostra replicó con arrogante complacencia:

-Alabados sean los cielos y el mar. Yo no siento dolor dentro de mí. Me siento bien e intacta por dentro y por fuera.

En ese momento, un cangrejo que por allí pasaba escuchó a las dos ostras, y dijo a la que estaba bien por dentro y por fuera:

-Sí, te sientes bien e intacta; mas él dolor que soporta tu vecina es una perla de inigualable belleza.

Gibrán Jalil Gibrán

EL TRUEQUE.

Una vez, en el cruce de un camino, un Poeta pobre encontró a un rico Estúpido, y conversaron. Y todo lo que decían revelaba el descontento de ambos.

Entonces el Ángel del Camino se acercó y posó su mano sobre el hombro de los dos hombres. Y, créanlo, un milagro se produjo; ambos intercambiaron sus posesiones.

Y se alejaron. Pero, cosa difícil de relatar, el Poeta miró y encontró sólo arena seca en sus manos; y el Estúpido cerró los ojos y sintió nada más que nubes en su corazón.

Gibrán Jalil Gibrán

EL REY SABIO.

Había una vez, en la lejana ciudad de Wirani, un rey que gobernaba a sus súbditos con tanto poder como sabiduría. Y le temían por su poder, y lo amaban por su sabiduría.

Había también en el corazón de esa ciudad un pozo de agua fresca y cristalina, del que bebían todos los habitantes; incluso el rey y sus cortesanos, pues era el único pozo de la ciudad.

Una noche, cuando todo estaba en calma, una bruja entró en la ciudad y vertió siete gotas de un misterioso líquido en el pozo, al tiempo que decía:

-Desde este momento, quien beba de esta agua se volverá loco.

A la mañana siguiente, todos los habitantes del reino, excepto el rey y su gran chambelán, bebieron del pozo y enloquecieron, tal como había predicho la bruja.

Y aquel día, en las callejuelas y en el mercado, la gente no hacía sino cuchichear:

-El rey está loco. Nuestro rey y su gran chambelán perdieron la razón. No podemos permitir que nos gobierne un rey loco; debemos destronarlo.

Aquella noche, el rey ordenó que llenaran con agua del pozo una gran copa de oro. Y cuando se la llevaron, el soberano ávidamente bebió y pasó la copa a su gran chambelán, para que también bebiera.

Y hubo un gran regocijo en la lejana ciudad de Wirani, porque el rey y el gran chambelán habían recobrado la razón.

Gibrán Jalil Gibrán

EL PROFETA ERMITAÑO.

Hubo una vez un profeta ermitaño que cada tres lunas bajaba hasta la ciudad y en las plazas del mercado predicaba el dar y compartir entre la gente. Y era elocuente y su fama se expandía por sobre la tierra.

Una tarde, tres hombres llegaron a su ermita y lo saludaron.

-Tú predicas el dar y compartir -le dijeron-. Y buscas enseñar a quienes tienen mucho para dar a los que poseen poco; y no dudamos que tu fama te ha brindado riquezas. Ahora ven y danos de tus riquezas, pues estamos necesitados.

-Amigos míos -les contestó el ermitaño-, no tengo más que esta cama, esta estera y esta jarra de agua. Tómenlas si así lo desean. No tengo ni oro ni plata.

Entonces lo miraron desdeñosos y le dieron la espalda, y el último hombre se detuvo en la puerta un momento y gritó:

-¡Impostor! ¡Embustero! Tú enseñas y predicas aquello que tú mismo no practicas.

Gibrán Jalil Gibrán

SABER DAR.

El hombre que estaba tras el mostrador, miraba la calle distraídamente. Una niñita se aproximó al negocio y apretó la naricita contra el vidrio de la vitrina. Los ojos de color del cielo brillaban cuando vio un determinado objeto.
Entró en el negocio y pidió para ver el collar de turquesa azul

"Es para mi hermana. ¿Puede hacer un paquete bien", -Dice ella.

El dueño del negocio miró desconfiado a la niñita y le preguntó:

-¿Cuánto dinero tienes?

Sin dudar, ella sacó del bolsillo de su ropa un pañuelo todo atadito y fue deshaciendo los nudos. Los colocó sobre el mostrador y dijo feliz:

"¿Eso alcanza?"

Eran apenas algunas monedas que ella exhibía orgullosa. "Sabe, quiero dar este regalo a mi hermana mayor. Desde que murió nuestra madre, ella cuida de nosotros y no tiene tiempo para ella. Es su cumpleaños y tengo el convencimiento que quedará feliz con el collar, que es del color de sus ojos".

El hombre fue para la trastienda, colocó el collar en un estuche, envolvió con un vistoso papel rojo e hizo un trabajado lazo con una cinta verde.

"Toma, dijo a la niña. Llévalo con cuidado".

Ella salió feliz corriendo y saltando calle abajo.
Aún no acababa el día, cuando una linda joven de cabellos rubios y maravillosos ojos azules entró en el negocio. Colocó sobre el mostrador el ya conocido envoltorio deshecho e indagó:

"¿Este collar fue comprado aquí?

"Sí señora".

"¿Y cuanto costó?

"Ah!", - habló el dueño del negocio-, "El precio de cualquier producto de mi tienda es siempre un asunto confidencial entre el vendedor y el cliente".

La joven continuó:

"Pero mi hermana tenía solamente algunas monedas. El collar es verdadero ¿No?. Ella no tendría dinero para pagarlo".

El hombre tomó el estuche, rehizo el envoltorio con extremo cariño, colocó la cinta y lo devolvió a la joven.

"Ella pagó el precio mas alto que cualquier persona puede pagar.

ELLA DIO TODO LO QUE TENIA"

El silencio llenó la pequeña tienda y dos lágrimas rodaron por la faz emocionada de la joven en cuanto sus manos tomaban el pequeño envoltorio.


La verdadera donación es darse por entero, sin restricciones.

La gratitud de quien ama no coloca límites para los gestos de ternura.

Sé siempre agradecido pero no esperes el reconocimiento de nadie.

Gratitud con amor no solo reanima a quien recibe, sino que reconforta a quien ofrece.

La vida mejora con cada día que pasa siempre y cuando demuestres una actitud positiva

EL AMOR MÁS GRANDE.

El día que María José nació, en verdad no sentí gran alegría porque yo quería un varón.
La decepción ante el hecho que no lo fuera, parecía ser más grande que el gran acontecimiento que representa tener un hijo.
A los dos días de haber nacido, fui a buscar a mis dos mujeres, una lucía pálida y la otra radiante y dormilona. En pocos meses me dejé cautivar por la sonrisa de María José y por el brillo negro de sus ojos vivos y penetrantes y empecé a amarla con locura; su carita, su sonrisa y su mirada no se apartaban ni un instante de mi pensamiento; todo se lo quería comprar, la veía en cada niño o niña conque me cruzaba por la calle, hacía planes, todo era poco para mi María José".

Este relato era contado a menudo por Randolf, el padre de María José. Mi familia y la suya manteníamos una estrecha amistad y yo sentía un especial afecto por esa niña que era la razón más grande para vivir de Randolf, según decía él mismo.

Una tarde estábamos ambas familias de picnic a la orilla de una laguna cercana a nuestra casa y la niña entabló una conversación con su papá que todos escuchamos.

-"Papi, cuando cumpla quince años ¿cuál será mi regalo?"

-"Pero mi amor, ¡si apenas tienes diez añitos! ¿No te parece que falta mucho para esa fecha?"

-"Bueno papi, tú siempre dices que el tiempo pasa volando, aunque yo nunca lo he visto por aquí".

Todos reímos ante su comentario y seguimos conversando animadamente.
En aquellos momentos no podíamos sospechar cómo recordaríamos esa conversación años más tarde... Al caer el sol regresamos a nuestras casas.

Una mañana me encontré con Randolf frente al colegio donde estudiaba su hija, habían pasado 4 años desde aquella conversación y María José ya había cumplido catorce hacía meses.
El hombre parecía muy contento y la sonrisa no se apartaba de su rostro. Con gran orgullo me mostró las calificaciones que había obtenido María José, eran unas notas impresionantes, ninguna bajaba de sobresaliente y los comentarios que habían escrito sus profesores eran realmente conmovedores. Felicité al dichoso padre y le invité a un café.

Un domingo, muy temprano, estábamos preparando los bártulos para ir de excursión cuando sucedió algo inesperado. María José tropezó con algo, eso creímos todos, porque dio un traspiés; su padre evitó que cayera, agarrándola de inmediato. No dimos mayor importancia, pero cuando nos instalamos en el coche, nos dimos cuenta que la niña no estaba bien, se sentía mareada y casi perdió el conocimiento.
Rápidamente, la llevamos al hospital. Permaneció allí por diez días y el primer diagnóstico fue que padecía una grave enfermedad que afectaba seriamente su corazón, pero debían practicarle otras pruebas para confirmarlo.

Los días iban transcurriendo, Randolf renunció a su trabajo para dedicarse a su cuidado. Su esposa seguiría trabajando, pues sus ingresos eran superiores a los de él.

Una mañana Randolf se encontraba al lado de su hija cuando ella le preguntó:

-"Papá, voy a morir ¿no es cierto? te lo dijeron los médicos..."

-"No mi amor, no vas a morir, Dios es grande, no permitirá que pierda lo que más he amado en el mundo." -le respondió su padre.

-"¿Van a algún lugar los que se mueren? ¿Pueden ver desde lo alto a las personas queridas? ¿Sabes si pueden volver?"

-"Bueno, hija -respondió- en verdad nadie ha regresado de allí a contarnos cosas sobre eso, pero si yo muriera, no te dejaría sola. Estando en el más allá buscaría la manera de comunicarme contigo, en última instancia utilizaría el viento para venir a verte."

-"¿El viento? ¿Y como lo harías?"

-"No tengo la menor idea, hija, pero sentirás que estoy contigo cuando un suave viento roce tu cara y una brisa fresca bese tus mejillas."

Ese mismo día por la tarde, llamaron a Randolf desde el hospital, el asunto era grave, su hija se estaba muriendo; su corazón no resistiría más de quince o veinte días; necesitaban con mucha urgencia un corazón.

¡Un corazón! ¿dónde hallar un corazón? ¿acaso los vendían en la farmacia o en el supermercado? ¡Dios mío!...

Increíblemente, a los pocos días se consiguió un corazón y la operaron urgentemente. Todo salió como los médicos habían planeado. La operación fue un éxito total.

María José extrañaba muchísimo a su padre, no comprendía como no había ido a verla. Su mamá le decía que no podía acudir porque estaba trabajando, que ahora que ella estaba mucho mejor, sería él quien trabajara para sostener la familia.

Pasaron los días suficientes como para darle el alta médica y Maria José salió del hospital.
Al llegar a casa, todos nos sentamos en los sofás de la salita y su mamá, con los ojos llenos de lágrimas, le entregó una carta de su padre:

"María José, mi amor: En el momento de leer esta carta, habrás cumplido ya tus esperados quince años y sentirás un corazón fuerte latiendo en tu pecho, esa fue la promesa que me hicieron los médicos que te operaron. No puedes imaginar ni remotamente cuánto lamento no estar a tu lado en este instante. Cuando supe que ibas a morir, decidí dar respuesta a una pregunta que me hiciste cuando tenías diez años. Decidí hacerte el regalo más hermoso que jamás nadie ha hecho. Te regalo mi corazón, mi vida a cambio de la tuya, sin condición alguna, para que hagas con ella lo que quieras, ¡vive hija! Te Amo."

A medida que iba leyendo, María José no podía reprimir su llanto y costó mucho que se calmara.

En cuanto pudo, visitó la tumba de su papá en el cementerio y susurró serenamente:

"Papi, ¡cuánto me amabas!, yo también te he amado mucho y lo que siento es habértelo dicho muy pocas veces. Te pido perdón por ello. Papá, ¡TE AMO!"

En ese instante las copas de los árboles se movieron suavemente y una dulce brisa rozó las mejillas de María José. Recordó la conversación sostenida con su querido padre y se estremeció de pies a cabeza, alzó su mirada al cielo, agradecida, respiró profundamente y repitió: "Si, papá, ¡TE AMO!".
Con lágrimas en los ojos y mucho Amor en su corazón, inició el camino de regreso a casa mientras la brisa seguía acariciando su rostro.

ROSAS ROJAS.

Las rosas rojas eran sus favoritas. Su nombre también era Rosa.
Cada año su esposo se las mandaba atadas con un lazo bonito.
El año que él murió, le entregaron las rosas a su puerta con una tarjeta que decía: "Se muy valiente" Igual que los años anteriores.
Cada año le mandaba rosas y la tarjetita siempre decía:"Te amo más este año que el año pasado en este día. Mi amor crecerá con cada año que transcurra."
Ella sabía que esta sería la última vez que recibiría rosas. Pero, pensó que, tal vez, las había ordenado antes de morir, puesto que no sabía lo que iba a suceder.
A él siempre le gustaba adelantarse haciendo todo por si acaso estuviera muy ocupado para hacerlas en la fecha indicada. Por eso ella cortaba los tallos y las colocaba en un florero muy especial que ponía a un lado de su retrato.
Después, se sentaba horas enteras viendo el retrato y las flores.

Pasó un año y era muy difícil vivir sin su pareja. La soledad la había invadido y parecía su destino.
Pero entonces, igual que en otros días de San Valentín, sonó el timbre y encontró las rosas.
Entró con ellas en las manos y con gran asombro tomó el teléfono y llamó al florista. Le contestó el dueño y ella le pidió que le explicara...Quién quería causarle tanto daño?
La respuesta fue.."Se que su esposo murió hace más de un año y estaba seguro de que usted me llamaría". Las flores que usted acaba de recibir fueron previamente pagadas. Su esposo siempre adelantaba las cosas sin dejar nada al devenir. Hay un pedido en su expediente pagado por adelantado para que reciba estas flores cada año. También debe saber otra cosa. Hay una notita especial escrita en una tarjeta. Esto lo hizo hace muchos años. Esta dice que si yo me enterase que él ya no está, esta tarjeta se la debo enviar a usted al año siguiente.
Rosa se mostró agradecida y colgó hecha un mar de lágrimas, con las manos temblorosas y lentamente tomó la tarjeta con la nota. Se la quedó mirando en un silencio total.

Leyó lo siguiente:
"Hola mi Amor, se que hace más de un año que me fui. Espero no haya sido muy penoso recuperarte. Se lo solita que debes de estar y se que el dolor es verdadero, pues si fuera diferente se como me sentiría. El amor que compartimos hizo que todo en la vida se viera hermoso. Te quise más de lo que cualquier palabra puede expresar. Tú fuiste la esposa perfecta, fuiste mi amiga y amante, llenaste todo lo que anhelaba. Se que solo ha pasado un año pero te pido que por favor no sufras más. Quiero que seas feliz aunque derrames lágrimas. Por eso las rosas te llegarán todos los años. Cuando las recibas piensa en la felicidad que tuvimos juntos y como fuimos bendecidos.
Siempre te amé y te seguiré amando, pero tú tienes que seguir viviendo.
Por favor, trata de encontrar felicidad mientras vivas. Se que no será fácil, pero se que encontrarás la forma.
Las rosas te seguirán llegando cada año hasta el día en que no haya quien abra la puerta. El florista ha recibido instrucciones de tocar a tu puerta cinco veces el mismo día por si saliste.

El día que ya nadie la abra sabrá a donde llevar las flores.......en donde estemos reunidos."...
En la vida hay veces que encontramos una amistad especial, alguien que cambia nuestra vida con solo ser parte de ella. Alguien que nos haga creer que hay algo muy bonito y muy bueno en el mundo. Alguien que nos convence que hay una puerta cerrada esperando que se abra con la eterna amistad.

TRECE RAZONES PARA VIVIR.

1.Te amo no por quien eres, sino por quien soy cuando estoy contigo.

2.Ningún hombre merece tus lágrimas, y quien se las merezca no te hará llorar.

3.Sólo porque alguien no te ame como tú quieres, no significa que no te ame con todo su ser.

4.Un verdadero amigo es quien te toma de la mano y te toca el corazón.

5.La peor forma de extrañar a alguien es estar sentado a su lado y saber que nunca lo podrás tener.

6.Nunca dejes de sonreír, ni siquiera cuando estés triste, porque nunca sabes quien se puede enamorar de tu sonrisa.

7.Puedes ser una persona para el mundo, pero para una persona tú eres el mundo.

8.No pases el tiempo con un hombre / una mujer que no esté dispuesto a pasar el tiempo contigo.

9.Quizá Dios quiera que conozcas mucha gente equivocada antes de que conozcas a la persona adecuada, para que cuando al fin la conozcas sepas estar agradecido.

10.No llores porque ya se terminó, sonríe porque sucedió.

11.Siempre habrá gente que te lastime, así que lo que tienes que hacer es seguir confiando y sólo ser mas cuidadoso en quien confías dos veces.

12.Conviértete en una mejor persona y asegúrate de saber quien eres antes de conocer a alguien más y esperar que esa persona sepa quien eres.

13.No te esfuerces tanto, las mejores cosas suceden cuando menos te las esperas.

NUNCA OLVIDES.

Olvida los días nublados, pero no olvides tus horas de sol ni tus noches estrelladas.

Olvida los momentos en que fuiste derrotado, pero no olvides las batallas que has ganado.

Olvida los errores que no puedes cambiar, pero no olvides las lecciones que has aprendido ni lo tanto que enseñas.

Olvida los días en que has estado solo y triste, pero no olvides las sonrisas que has encontrado y tantas que encontrarás.

Olvida los planes que fallaron pero NUNCA olvides que debes tener siempre un sueño.

¿CÓMO? ¿QUIÉN ERES?

El oro para ser purificado debe pasar por el fuego y el ser humano necesita pruebas para pulir su carácter. Pero lo más importante es como reaccionamos frente a las pruebas.

Una hija se quejaba a su padre acerca de su vida y como las cosas le resultaban tan difíciles.
No sabía como hacer para seguir adelante y creía que se daría por vencida. Estaba cansada de luchar. Parecía que cuando solucionaba un problema, aparecía otro.
Su padre, un chef de cocina, la llevó a su lugar de trabajo. Allí llenó tres ollas con agua y las colocó sobre fuego fuerte. Pronto el agua de las tres ollas estaba hirviendo.
En una colocó zanahorias, en otra colocó huevos y en la última colocó granos de café. Las dejó hervir sin decir palabra. La hija esperó impacientemente, preguntándose qué estaría haciendo su padre. A los veinte minutos el padre apagó el fuego. Sacó las zanahorias y las colocó en un bol. Sacó los huevos y los colocó en otro. Coló el café y lo puso en un tercer bol.

Mirando a su hija le dijo: "Querida, ¿qué ves?"
"Zanahorias, huevos y café" fue su respuesta.

La hizo acercarse y le pidió que tocara las zanahorias. Ella lo hizo y notó que estaban blandas. Luego le pidió que tomara un huevo y lo rompiera. Luego de sacarle la cáscara, observó el huevo duro. Luego le pidió que probara el café. Ella sonrió mientras disfrutaba de su rico aroma.

Humildemente la hija pregunto: "¿Qué significa esto, Padre?"
El le explicó que los tres elementos habían enfrentado la misma adversidad: agua hirviendo, pero habían reaccionado en forma diferente.
La zanahoria llegó al agua fuerte, dura. Pero después de pasar por el agua hirviendo se había vuelto débil, fácil de deshacer.
El huevo había llegado al agua frágil. Su cáscara fina protegía su interior líquido. Pero después de estar en agua hirviendo, su interior se había endurecido.

Los granos de café sin embargo eran únicos. Después de estar en agua hirviendo, habían cambiado al agua.
"¿Cuál eres tu?", le pregunta a su hija. "Cuando la adversidad llama a tu puerta, ¿cómo respondes?. ¿Eres una zanahoria, un huevo o un grano de café?"


¿Y cómo eres tu, amigo? ¿Eres una zanahoria que parece fuerte pero que cuando la adversidad y el dolor te tocan , te vuelves débil y pierdes tu fortaleza?
Eres un huevo, que comienza con un corazón maleable? Poseías un espíritu fluido, pero después de una muerte, una separación, un divorcio o un despido te has vuelto duro y rígido? Por fuera te ves igual, pero ¿eres amargado y áspero, con un espíritu y un corazón endurecido?
¿O eres como un grano de café? El café cambia al agua hirviente, el elemento que le causa dolor.
Cuando el agua llega al punto de ebullición el café alcanza su mejor sabor. Si eres como el grano de café, cuando las cosas se ponen peor tú reaccionas mejor y haces que las cosas a tu alrededor mejoren.

VALORA LO QUE TIENES.

Si te has despertado hoy con más salud que enfermedad, estás más bendito que el millón que no va a sobrevivir esta semana.

Si nunca has conocido los peligros de la guerra, la soledad de la prisión, la agonía de la tortura, los dolores del hambre, estás delante de 500 millones de personas en el mundo.

Si puedes ir a la iglesia o el templo sin ser perseguido, arrestado, torturado o asesinado... estás más bendito que 3 mil millones de personas en este planeta.

Si tienes comida en tu nevera, llevas la ropa limpia, si tienes un techo encima de tu cabeza y un lugar seguro donde dormir, estás más rico que el otro 75 %.

Si tienes dinero en el banco, en tu cartera, y unas monedas en una jarra en tu casa, eres parte del 8 % de la población próspera del mundo entero.

Si tus padres están todavía vivos y casados, eres poco común...

Si llevas una sonrisa en tu cara, y estás agradecido por todo estás bendito, porque la mayoría de la gente lo puede hacer pero no lo hace.

Si puedes leer este mensaje has recibido una doble bendición, ya que, primero alguien ha pensado en ti, y segundo, tienes más suerte que 2 mil millones de personas que no saben leer.

APRENDER A VOLAR.

"El rey recibió como obsequio dos pichones de halcón y los entregó al Maestro de Cetrería para que los entrenara. Pasados unos meses, el instructor comunicó al rey que uno de ellos estaba perfectamente educado, pero que al otro no sabía lo que le sucedía: no se había movido de la rama desde el día de su llegada a Palacio, a tal punto que había que llevarle el alimento hasta allí.
El rey mandó llamar a los curanderos y sanadores de todo tipo, pero nadie pudo hacer volar al ave. Encargó entonces la misión a miembros de la Corte, pero nada sucedió. Por la ventana de sus habitaciones, el Monarca podía ver que el ave continuaba inmóvil.
Publicó por fin un edicto entre sus súbditos y, a la mañana siguiente vio al halcón volando en los jardines.

- Traedme al autor de ese milagro - dijo.

En seguida le presentaron a un campesino.

- Tú hiciste volar al halcón?, cómo lo hiciste?, eres mago acaso?.

Entre feliz e intimidado, el hombrecito sólo le explicó:

- No fue difícil Su Alteza, sólo le corté la rama. El pájaro se dio cuenta que tenía alas y se echó a volar."


Sabes que tienes alas?

Sabes que puedes volar?

A qué estás agarrado?

De qué no te puedes soltar?

Qué está esperando tu rama para romperse?

Quien o qué la puede cortar?

Cuáles son las razones que hoy te impiden levantar el vuelo?

Nadie vendrá a rescatarte.

Nadie cortará la rama.

Tú eres el mago.

LA BAILARINA.

Una joven había tomado clases de ballet durante toda su infancia, y había llegado el momento en que se sentía lista para entregarse a la disciplina que la ayudaría a convertir su afición en profesión.
Deseaba llegar a ser primera bailarina y quería comprobar si poseía las dotes necesarias, de manera que cuando llego a su ciudad una gran compañía de ballet, fue a los camarines luego de una función, y hablo con el director.

- Quisiera llegar a ser una gran bailarina, le dijo, pero no se si tengo el talento que hace falta.

- Dame una demostración, le dijo el maestro.

Transcurrido apenas 5 minutos, la interrumpió, moviendo la cabeza en señal de desaprobación.

- No, no tiene usted condiciones.

La joven llegó a su casa con el corazón desgarrado, arrojó las zapatillas de baile en un armario y no volvió a calzarlas nunca más, se casó, tuvo hijos y cuando se hicieron un poco mayores, tomó un empleo de cajera en un supermercado.

Años después asistió a una función de ballet, y a la salida se topó con el viejo director que ya era octogenario, ella le recordó la charla que habían tenido años antes, le mostró fotografías de sus hijos y le comentó de su trabajo en el supermercado, luego agregó:

- Hay algo que nunca he terminado de entender. Cómo pudo Ud. saber tan rápido que yo no tenía condiciones de bailarina?

- Ahhh, apenas la miré cuando Ud. bailó delante de mi, le dije lo que siempre le digo a todas, le contestó.

- Pero eso es imperdonable! exclamó ella, -arruinó mi vida, pude haber llegado a ser primera bailarina!

- No lo creo, repuso el viejo maestro. - Si hubieras tenido las dotes necesarias , no habrías prestado ninguna atención a lo que yo dije.

EL ÁRBOL CONFUNDIDO.

Había una vez, algún lugar que podría ser cualquier lugar, y en un tiempo que podría ser cualquier tiempo, un hermoso jardín, con manzanos, naranjos, perales y bellísimos rosales, todos ellos felices y satisfechos.
Todo era alegría en el jardín, excepto por un árbol profundamente triste. El pobre tenía un problema: "No sabía quién era.

""Lo que te falta es concentración", le decía el manzano, "si realmente lo intentas, podrás tener sabrosas manzanas. ¿Ves que fácil es?"

No lo escuches, exigía el rosal. Es más sencillo tener rosas y "¿Ves que bellas son?".

Y el árbol desesperado, intentaba todo lo que le sugerían, y como no lograba ser como los demás, se sentía cada vez más frustrado.
Un día llegó hasta el jardín el búho, la más sabia de las aves, y al ver la desesperación del árbol, exclamó:

-No te preocupes, tu problema no es tan grave, es el mismo de muchísimos seres sobre la tierra. Yo te daré la solución.
No dediques tu vida a ser como los demás quieran que seas. Sé tu mismo conócete, y para lograrlo, escuha tu voz interior. Y dicho esto, el búho desapareció.

- ¿Mi voz interior...? ¿Ser yo mismo...? ¿Conocerme...?, se preguntaba el árbol desesperado, cuándo de pronto, comprendió. Y cerrando los ojos y los oídos, abrió el corazón, y por fin pudo escuchar su voz interior diciéndole: -"Tú jamás darás manzanas porque no eres un manzano, ni florecerás cada primavera porque no eres un rosal. Eres un roble, y tu destino es crecer grande y majestuoso. Dar cobijo a las aves, sombra a los viajeros belleza al paisaje...Tienes una misión ¡Cúmplela!".

Y el árbol se sintió fuerte y seguro de sí mismo y se dispuso a ser todo aquello para lo cual estaba destinado.

Así, pronto llenó su espacio y fue admirado y respetado por todos. Y sólo entonces el jardín fue completamente feliz.

Yo me pregunto al ver a mí alrededor:

¿Cuántos serán robles que no se permiten a sí mismos crecer?

¿Cuántos serán rosales que por miedo al reto, sólo dan espinas?

¿Cuántos, naranjos que no saben florecer?

EL SOL Y LA LUNA.

Al principio de los tiempos, en la Tierra habitaban solo unas pocas personas, animales y plantas. El Sol cada día iluminaba la tierra, dando luz y calor, para que los seres vivos pudieran vivir.
Sin embargo sentía que a pesar de él, la gente no parecía feliz. Y preguntó a la Tierra:

- Amiga Tierra, ¿qué ocurre? ¿Acaso no os doy luz para que veáis y os caliento para que no sintáis frío? ¿Acaso no hago crecer las plantas para que tengáis alimentos? ¿Por qué no es la gente feliz?

A esto, la Tierra respondió:

- Si, buen Sol. Tú generosamente nos das la alegría de tu luz y la calidez de tu cariño. La gente te está agradecida por ello, pero cuando te vas, todos se deprimen. Les falta algo, no sé lo que es.

El Sol se sentía afligido, pero no podía iluminar completamente la Tierra todo el tiempo.
Pasó el tiempo y un día la Tierra le dijo al Sol:

- Buen Sol, hay alguien a quien quiero que conozcas. Se llama Luna, hace poco que está conmigo y, al igual que tú, quiere hacer a la gente feliz. Sin embargo, no lo consigue.

- ¿Dónde está? No la veo - dijo el sol

- Eso es porque ella, al igual que yo, carece de luz propia. Pero la verás si le das un poco de tu luz.

El Sol envió un poco de luz donde le dijo la Tierra y poco a poco una forma plateada y redonda fue apareciendo. Era más pequeña que la Tierra , delicada y hermosa.

El Sol de inmediato se enamoró de ella.

- Hola, poderoso Sol - dijo la Luna.

- Hola, hermosa Luna - dijo el Sol.

Aquel día el Sol y la Luna hablaron por primera vez. De sus orígenes, de lo hermoso que era el otro, de lo que querían a la Tierra y de como les apenaba que la gente no fuera feliz.

Al final, el Sol y la Luna se despidieron ya que la Luna tenia que seguir a la Tierra.

A la mañana siguiente, el Sol se asomó por el horizonte como siempre. Pero notó que las personas parecían más felices. El mundo giró y por donde quiera que el sol miraba, veía que era así en todas partes.

- Qué extraño - pensó.

Pasó el tiempo, y comenzó a haber mas gente, y seguían pareciendo más felices. Intrigado, preguntó a la Tierra:

- Amiga Tierra, ¿qué ocurre? Llevo contigo desde que naciste, y la gente no parecía feliz. Ahora tienen algo que les da ganas de vivir, y no es ni por mi luz ni por mi calor.¿Sabes qué es?

- Si, buen Sol. El día que conociste a Luna y la iluminaste, la gente la vio durante aquella noche. Entonces se pararon a contemplarla, y surgieron muchas cosas hermosas. Descubrieron el amor, la pasión, la ternura... los sentimientos.

- Entiendo. Necesitaban a alguien que les iluminara de noche, alguien que les maravillara con su belleza, que les permitiera sentir y soñar. Esa es Luna. Pero no podían verla. Me alegro mucho por ellos.

Pero la Tierra notó algo triste en el Sol. Y le preguntó:

- Sé que te alegras por la gente, pero hay algo en ti que siente tristeza.¿A qué se debe?

- A que yo amo a Luna. Pero no podré verla, porque no podemos estar juntos. Solo la veo un momento antes de irme y en los primeros instantes de las mañanas. Pero me siento feliz de que al iluminarla la gente la vea y pueda ser feliz.

- ¿La amas? Pues ella también te ama, Sol. Y siente como tú no poder verte más que unos fugaces instantes. Y ella es feliz por la gente, porque con la luz que tú le das ella ha ayudado. Tú das la vida a la gente. Durante el día la gente vive y espera la noche para sentir las cosas que Luna les inspira. Y de noche, al contemplarla y sentir esos sentimientos, valoran la vida que les das como como nunca.

Cuando el Sol escuchó estas palabras se sintió feliz, aunque algo apenado por no poder ver a su amada.

- No te apenes - dijo la Tierra - Porque sabes que tu deber es dar vida con tu luz y calor, y ella sabe que el suyo es dar sentimientos y pensamientos hermosos a las personas. Y como ambos sois tan generosos, yo también lo seré con vosotros.

Y así la Tierra prometió que una vez cada cierto tiempo Sol y Luna se encontrarían, aunque fuera por poco tiempo.

Esto viene ocurriendo desde hace muchos, muchos años, y los seres humanos lo llamaron eclipse. Por eso, cuando veáis un eclipse, no veáis algo oscuro y terrible. Alegraos porque los amantes más viejos del Universo se han encontrado. Y en esos momentos pueden verse cara a cara, acercar sus rostros y besarse.

Intentad ser generosos, como ellos lo son con nosotros.

The Silencer

VIDA DESPUÉS DE LA VIDA.

En algún momento un médico determinará que mi corazón ha dejado de funcionar y que en verdad mi vida se ha terminado.

Cuando esto suceda, no traten de revivirme artificialmente por medio de aparatos, y donde quiera que me encuentre no lo llamen "mi lecho de muerte".

Llámenlo "mi lecho de vida " y dejen que mi cuerpo vaya de allí a ayudar a que otros gocen de una vida plena.

Den mi vista a alguien que nunca haya visto un amanecer, la cara de un bebé o el amor en los ojos de una mujer.

Den mi corazón a alguien a quien el suyo no le haya causado más que interminables días de dolor.

Den mi sangre a algún adolescente rescatado de entre las ruinas de un automóvil accidentado, para que pueda vivir y llegar a gozar del juego de sus nietos.

Den mis riñones a quien dependa de una máquina para seguir existiendo semana tras semana.

Tomen mis huesos, todos mis músculos y todas y cada una de las fibras y nervios de mi cuerpo y encuentren la manera de hacer caminar a un niño lisiado.

Exploren cada rincón de mi cerebro. Si fuera necesario tomen todas las células para que algún día un niño pueda gritar con la emoción del deporte y una niña sorda pueda oír el sonido de la lluvia contra los cristales de la ventana.

Cremen lo que quede de mí y echen mis cenizas a los cuatro vientos, para ayudar a que crezcan las flores.

Y si tienen la necesidad de enterrar algo, les dejo mis defectos, mis debilidades y todos mis perjuicios contra mis semejantes.

Y si por casualidad alguien quiere recordarme, hágalo con una buena palabra o acción hacia quien lo necesite.

Si hacen lo que les pido... ...viviré eternamente.

UNA HORA DE TRABAJO.

El hombre regresó del trabajo a su hogar, cansado e irritado, y encontró a su pequeño hijo esperándolo en la puerta.

- Papa te quiero preguntar algo.
- Si, ¿que es? - respondió el hombre.
- Papá, ¿cuánto dinero ganas en una hora?
- ¡Eso no es asunto tuyo! ¿Por qué me preguntas eso? - contestó enojado
- Solamente quería saber. ¡Por favor dime!, ¿Cuánto ganas por hora? - pidió el hijo.
- Si tanto te interesa saber ... gano 1000 pesetas por hora.
- Ah - contestó el niño - ¿me puedes prestar 500 pesetas, por favor?
El padre se enojó.
- ¡Si la única razón por la que querías saber cuanto gano, es para pedirme dinero para comprar un juguete u otra cosa sin sentido, vete ya mismo a la cama! ¡Piensa por qué eres tan egoísta! ¡Trabajo mucho, muchas horas cada día y no tengo tiempo para cosas como estas!

El hijo se fue a su habitación y el hombre se quedó enojado por la pregunta. ¿Cómo se atrevió a preguntarle tal cosa solo para obtener dinero? Después de un rato se calmó y pensó que estuvo un poco duro con su hijo. Tal vez había algo que realmente necesitaba comprar con 500 pesteas, y además no pedía dinero frecuentemente.
El hombre fue a la habitación del niño y le dijo

: - Estuve pensando que tal vez estuve muy duro contigo antes. Ha sido un largo día y descargué mi irritación en tí. Aquí tienes el dinero que me pediste.
El niño se sentó y gritó: - ¡Gracias papá! Entonces, buscando bajo la almohada, sacó más dinero.
El hombre, viendo eso, comenzó a enojarse de nuevo.
El niño se puso a contar el dinero.

- ¡¿Para qué querías más dinero si ya tienes?! .- refunfuñó el padre.
- Porque no tenía suficiente, pero ahora lo tengo - respondió el niño.
Finalmente miró al hombre y le dijo: - Papá, tengo 1000 pesetas ahora. ¿Puedo comprar una hora de tu tiempo?

SOMOS ECO DE NOSOTROS MISMOS.

Un hijo y su padre estaban caminando en las montañas. De pronto el hijo se cae, se lastima y grita: "Ahhhh!!".
Para su sorpresa, oye una voz repitiendo en algún lugar de la montaña: "Ahhhh!"

Con curiosidad el niño grita: "¿Quién está ahí?"
Y escucha: " ¿Quién está ahí? ".

Enojado con la respuesta, el niño grita: "¡Cobarde!".
Y recibe de respuesta: "¡Cobarde".

El niño mira a su padre y le pregunta: "¿Qué sucede?"
El padre le contesta: "Presta atención hijo". Y grita: "¡Te admiro!".
Y la voz responde: "¡Te admiro!"
"¡Eres un campeón!"
"¡Eres un campeón!"

Y el padre le explica: "la gente lo llama ECO", pero en realidad es, la VIDA... que te devuelve todo lo que haces... Nuestra vida es simplemente un reflejo de nuestras acciones.
Si deseas más amor en el mundo, crea más amor a tu alrededor.
Si deseas felicidad, da felicidad a los que te rodean.
Si quieres una sonrisa en el alma, dirige una sonrisa al alma de los que conoces.
Esta relación se aplica a todos los aspectos de la vida. La vida te dará de regreso... exactamente aquello que tú le has dado. Tu vida, no es una coincidencia, es un reflejo de ti.

Alguien dijo: "Si no te gusta lo que recibes de vuelta, revisa muy bien lo que estás dando!!".

LA LAGUNA HELADA.

Cuenta una leyenda que había unos niños patinando sobre una laguna congelada.
Era una tarde nublada y fría, pero los niños jugaban sin preocupación; cuando de pronto, el hielo se reventó y uno de los niños cayó al agua. Otro niño, viendo que su amiguito se ahogaba debajo del hielo, tomó una piedra y empezó a golpear con todas sus fuerzas hasta que logró quebrarlo y así salvar a su amigo.

Cuando llegaron los bomberos y vieron lo que había sucedido, se preguntaron: ¿Cómo lo hizo? El hielo está muy grueso, es imposible que lo haya podido quebrar, con esa piedra y sus manos tan pequeñas!!!!

En ese instante apareció un anciano y dijo:

"Yo se cómo lo hizo".

"¿Cómo ?", le preguntaron al anciano , y él contestó:

"No había nadie a su alrededor que le dijera que no se podía hacer"...

UNA HABITACIÓN CON VISTAS.

Dos hombres, ambos enfermos de gravedad, compartían el mismo cuarto semi-privado del hospital. A uno de ellos se le permitía sentarse durante una hora en la tarde, para drenar el líquido de sus pulmones.
Su cama estaba al lado de la única ventana de la habitación. El otro tenía que permanecer acostado de espaldas todo el tiempo.
Conversaban incesantemente todo el día y todos los días, hablaban de sus esposas y familias, sus hogares, empleos, experiencias durante sus servicios militares y sitios visitados durante sus vacaciones.

Todas las tardes cuando el compañero ubicado al lado de la ventana se sentaba, se pasaba el tiempo relatándole a su compañero de cuarto lo que veía por la ventana.

Con el tiempo, el compañero acostado de espaldas que no podía asomarse por la ventana, se desvivía por esos períodos de una hora durante el cual se deleitaba con los relatos de las actividades y colores del mundo exterior.

La ventana daba a un parque con un bello lago. Los patos y cisnes se deslizaban por el agua, mientras los niños jugaban con sus botecitos a la orilla del lago. Los enamorados se paseaban de la mano entre las flores multicolores en un paisaje con árboles majestuosos y en la distancia, una bella vista de la ciudad. A medida que el Señor cerca de la ventana describía todo esto con detalles exquisitos, su compañero cerraba los ojos e imaginaba un cuadro pintoresco.

Una tarde le describió un desfile que pasaba por el hospital y aunque el no pudo escuchar la banda, lo pudo ver a través del ojo de la mente mientras su compañero se lo describía.

Pasaron los días y las semanas y una mañana, la enfermera al entrar para el aseo matutino, se encontró con el cuerpo sin vida del señor cerca de la ventana, quien había expirado tranquilamente, durante su sueño. Con mucha tristeza, avisó para que trasladaran el cuerpo.

El otro día el otro señor, con mucha tristeza pidió que lo trasladaran cerca de la ventana. A la enfermera le agrado hacer el cambio y luego de asegurarse de que estaba cómodo, lo dejó solo. El señor con mucho esfuerzo y dolor, se apoyó de un codo para poder mirar al mundo exterior por primera vez. Finalmente tendría la alegría de verlo por sí mismo.
Se esforzó para asomarse por la ventana y lo que vio fue la pared del edificio de al lado.
Le preguntó a la enfermera por qué su compañero de habitación le contaba que veía todo aquello si no era cierto. A lo que ella respondió:

-Posiblemente fuese para darle ánimos a usted, ya que él era ciego.

LA OFENSA.

Dice una leyenda árabe que dos amigos viajaban por el desierto y en un determinado punto del viaje discutieron, y uno le dio una bofetada al otro.
El otro, ofendido, sin nada que decir, escribió en la arena: HOY, MI MEJOR AMIGO ME PEGÓ UNA BOFETADA EN EL ROSTRO.

Siguieron adelante y llegaron a un oasis donde resolvieron bañarse. El que había sido abofeteado y lastimado comenzó a ahogarse, siendo salvado por el amigo. Al recuperarse tomó un estilete y escribió en una piedra: HOY, MI MEJOR AMIGO ME SALVO LA VIDA.

Intrigado, el amigo preguntó:
¿Por qué después que te lastimé, escribiste en la arena y ahora escribes en una piedra?
Sonriendo, el otro amigo respondió: "Cuando un gran amigo nos ofende, deberemos escribir en la arena donde el viento del olvido y el perdón se encargarán de borrarlo y apagarlo; por otro lado cuando nos pase algo grandioso, deberemos grabarlo en la piedra de la memoria del corazón donde viento ninguno en todo el mundo podrá borrarlo".

"Si no hay una buena causa por la cual morir, no vale la pena vivir". M. L. King

PEDIR UN DESEO.

Pedir un deseo, si todo en la vida fuera tan sencillo como eso....
deseo ser, deseo tener, deseo sentir...

...quisiera que alguien bajara la luna solo para poder verla un instante reflejada en tu rostro, quisiera tener suficiente valor para decirte que a pesar de todo, de mis defectos, de mi vida algo desorganizada, tu eres mi punto de mira, mi apoyo diario, el motor que mueve este engranaje algo cansado y vapuleado....

...quisiera decirte tantas cosas que no sabria por donde empezar, que te quiero, que no podría vivir sin ti, sin tu infinita compañía, sin tus rabietas, sin tu egoismo y tus caprichos, sin ese brillo que despiden tus ojos cuando esbozas la mejor de tus sonrisas....

...quisiera decirte que siempre estaré cuando me necesites, que te he fallado y te fallaré mil veces mas, que estamos unidos por un lazo indestructible y que a partir de ahora voy a necesitarte más que nunca...

...yo solo pido el deseo de poder seguir a tu lado siempre... y hoy mi deseo es para ti, mi pequeño trozo de cielo, para que crezcas fuerte y sano y algun día llegues a comprender cosas que aún no entiendes pero que no por ello duelen menos...

...mi mejor deseo es quererte...

LA FELICIDAD.

En cierta ocasión se reunieron todos los dioses y decidieron crear al hombre y la mujer; hacerlos a su imagen y semejanza, entonces uno de ellos dijo:

Esperen. Si los vamos a hacer a nuestra imagen y semejanza, van a tener un cuerpo igual al nuestro, fuerza e inteligencia igual a la nuestra, debemos pensar en algo que los diferencie de nosotros, de no ser así, estaríamos creando nuevos dioses. Debemos quitarles algo, pero, ¿Qué les quitamos?.

Después de mucho pensar uno de ellos dijo: Ah!! ya sé!, vamos a quitarles la felicidad, pero el problema va a ser dónde esconderla para que no la encuentren jamás.

Propuso el primero: Vamos a esconderla en la cima del monte más alto del mundo; a lo que inmediatamente repuso otro: no, recuerda que les dimos fuerza, alguna vez alguien subirá, y la encontrará, y si la encuentra uno, ya todos sabrán donde está.

Luego propuso otro: Entonces vamos a esconderla en el fondo del mar, y otro contestó: no, recuerda que les dimos inteligencia, alguna vez alguien construirá una esquina por la que pueda entrar y bajar, y entonces la encontrará.

Uno más dijo: Escondámosla en un planeta lejano a la Tierra.
Y le dijeron: No, recuerda que les dimos inteligencia, y un día alguien construirá una nave en la que pueda viajar a otros planetas y la descubrirá, y entonces todos tendrán felicidad y serán iguales a nosotros.

El último de ellos, era un Dios que había permanecido en silencio escuchando atentamente cada una de las propuestas de los demás dioses, analizó en silencio cada una de ellas y entonces rompió el silencio y dijo: creo saber dónde ponerla para que realmente nunca la encuentren, todos voltearon asombrados y preguntaron al unísono: ¿En dónde?

La esconderemos dentro de ellos mismos, estarán tan ocupados buscándola afuera, que nunca la encontrarán.

Todos estuvieron de acuerdo, y desde entonces ha sido así, el hombre se pasa la vida buscando la felicidad sin saber que la trae consigo mismo...

PERSONA NON GRATA.

En un vuelo de British Airways entre Johanesburgo y Londres, una señora blanca de unos cincuenta anos se sienta al lado de un negro.
Llama a la azafata para quejarse:

- Cuál es el problema, señora? - pregunta la azafata.
- Pero no lo ve? - responde la señora- Me colocó al lado de un negro. No puedo quedarme al lado de estos "inmundos". Deme otro asiento.
- Por favor, cálmese. -dice la azafata- Casi todos los lugares de este vuelo están tomados. Voy a ver si hay algún lugar en clase ejecutiva o en primera

. La azafata se apura y vuelve unos minutos después.

- Señora -explica la azafata- como yo sospechaba, no hay ningún lugar vacío en clase económica. Hablé con el comandante y me confirmó que tampoco hay lugar en ejecutiva. Pero sí tenemos un lugar en primera clase.
Antes que la señora pudiese responder algo, la azafata continuó.

- Es totalmente inusitado que la compañía conceda un asiento de primera clase a alguien que está en económica, pero dadas las circunstancias, el comandante consideró que sería escandaloso que alguien sea obligado a sentarse al lado de una persona tan execrable...
Y, diciendo eso, la azafata mira al negro y dice:

- Si el señor me hiciera el favor de tomar sus pertenencias, el asiento de primera clase ya está preparado.

Y todos los pasajeros alrededor, que presenciaron la escena, se levantaron y aplaudieron por la actitud de la compañía.

EL HIJO MÁS SAGAZ.

Una historia de Etiopía nos presenta a un anciano que, en su lecho de muerte, llamó a sus tres hijos y les dijo:

- No puedo dividir en tres los que poseo. Eso dejaría muy pocos bienes a cada uno de vosotros. He decidido dar todo lo que tengo, como herencia, al que se muestre más hábil, más inteligente, más astuto, más sagaz. Dicho de otra forma, a mi mejor hijo.
He dejado encima de la mesa una moneda para cada uno de vosotros. Tomadla.
El que compre con esa moneda algo con lo que llenar la casa se quedará con todo. Se fueron.

El primer hijo compró paja, pero sólo consiguió llenar la casa hasta la mitad.

El segundo hijo compró sacos de pluma, pero no consiguió llenar la casa mucho más que el anterior.

El tercer hijo -que consiguió la herencia- sólo compro un pequeño objeto. Era una vela. Esperó hasta la noche, encendió la vela y llenó la casa de luz.

LA CAJITA DORADA.

Hace ya un tiempo, un hombre castigó a su pequeña niña de 3 años por desperdiciar un rollo de papel de envoltura dorado. El dinero era escaso en esos días, por lo que se enojó muchísimo cuando vio a la niña tratando de envolver una caja para ponerla debajo del árbol de Navidad.
Sin embargo, la niña le llevo el regalo a su padre a la siguiente mañana y dijo:

"Esto es para ti, papito".

El se sintió avergonzado de su reacción, pero volvió a explotar cuando vio que la caja estaba vacía.

Le volvió a gritar diciendo: "No sabes que cuando das un regalo a alguien se supone que debe haber algo adentro?".

La pequeñita lo miró con lágrimas en los ojos y dijo:
"Papito, no está vacía, yo soplé besitos adentro de la caja, y eran todos para tí, papi."

El padre se sintió morir; puso sus brazos alrededor de su niña y le pidió que lo perdonara.

Se cuenta que el hombre guardó esa caja dorada cerca de su cama por años y siempre que se sentía derrumbado, cogía de la caja un beso imaginario y recordaba el amor que su hija había puesto ahí.

De alguna manera, cada uno de nosotros, hemos recibido un recipiente dorado, lleno de amor incondicional y besos de nuestros hijos, amigos, familia... Nadie podría tener un regalo más hermoso que éste.

EL CARPINTERO.

Un carpintero ya entrado en años estaba listo para retirarse. Le dijo a su Jefe de sus planes de dejar el negocio de la construcción para llevar una vida mas placentera con su esposa y disfrutar de su familia. El iba a extrañar su cheque mensual, pero necesitaba retirarse. Ellos superarían esta etapa de alguna manera

El Jefe sentía ver que su buen empleado dejaba la compañía y le pidió que si podría construir una sola casa mas, como un favor personal.
El carpintero accedió, pero se veía fácilmente que no estaba poniendo el corazón en su trabajo. Utilizaba materiales de inferior calidad y el trabajo era deficiente. Era una desafortunada manera de terminar su carrera.
Cuando el carpintero termino su trabajo y su Jefe fue a inspeccionar la casa, el Jefe le extendió al carpintero, las llaves de la puerta principal.

"Esta es tu casa," - dijo, "es mi regalo para ti."

Que tragedia! Que pena! Si solamente el carpintero hubiera sabido que estaba construyendo su propia casa, la hubiera hecho de manera totalmente diferente.
Ahora tendría que vivir en la casa que construyo "no muy bien" que digamos! Así que está en nosotros

Construimos nuestras vidas de manera distraída, reaccionando cuando deberíamos actuar, dispuestos a poner en ello menos que lo mejor. En puntos importantes, no ponemos lo mejor de nosotros en nuestro trabajo.
Entonces con pena vemos la situación que hemos creado y encontramos que estamos viviendo en la casa que hemos construido. Si lo hubiéramos sabido antes, la habríamos hecho diferente.
Piensen como si fueran el carpintero. Piensen en su casa. Cada día clavamos un clavo, levantamos una pared o edificamos un techo. Construyan con sabiduría. Es la única vida que podrán construir. Inclusive si solo la viven por un día mas, ese día merece ser vivido con gracia y dignidad.

La placa en la pared dice; "La Vida Es Un Proyecto de Hágalo-Usted-Mismo".

Quién podría decirlo más claramente?
Su vida ahora, es el resultado de sus actitudes y elecciones del pasado.
Su vida mañana será el resultado de sus actitudes y elecciones hechas HOY!

LA ORUGA.

Una pequeña oruga caminaba un día en dirección al sol. Muy cerca del camino se encontraba un saltamontes.

-¿Hacia dónde te diriges? - le preguntó.

Sin dejar de caminar, la oruga contestó: -Tuve un sueño anoche: soñé que desde la cima de la gran montaña yo miraba todo el valle. Me gustó lo que vi en mi sueño y he decidido realizarlo.

Sorprendido, el saltamontes dijo mientras su amiga se alejaba: -¡Debes estar loco!, ¿cómo podrás llegar hasta aquel lugar?, tú, ¡una simple oruga! Una piedra será una montaña, un pequeño charco, un mar y cualquier tronco una barrera infranqueable.

Pero la oruga ya estaba lejos y no lo escuchó, su diminuto cuerpo no dejó de moverse. De pronto se oyó la voz de un escarabajo:

-¿Hacia dónde te diriges con tanto empeño?

Sudando, la oruguita le dijo jadeante: -Tuve un sueño y deseo realizarlo, subir a esa montaña y desde ahí contemplar todo nuestro mundo.

El escarabajo no pudo contener la risa, soltó la carcajada y luego dijo: -Ni yo, con mis grandes patas, intentaría realizar algo tan ambicioso...- Y se quedó en el suelo, muerto de risa, mientras la oruga continuaba su camino, avanzado unos centímetros.

Del mismo modo, la araña, el topo, la rana, la flor... y todos los que se fue encontrando en su camino, le aconsejaron a nuestra amiga desistir: -¡No lo lograrás jamás!- le dijeron, pero un impulso irresistible en su interior, obligaba a la oruga a seguir.

Y así lo hizo hasta que, agotada, sin fuerzas, se sintió morir, por lo que decidió parar a descansar, no sin antes construir, con un último esfuerzo un lugar donde pernoctar. -Estaré mejor-, fue lo último que dijo y dentro de su refugio, murió.

Todos los animales del valle fueron a mirar sus restos, ahí estaba el animal más loco del mundo, había construido un monumento a la insensatez como tumba, un duro refugio, digno de alguien que murió por querer realizar un sueño irrealizable, a todas luces.

Una mañana, en la que el sol brillaba de una manera especial, todos los animales se congregaron en torno a aquello que se había convertido en una advertencia para los atrevidos.
De pronto quedaron atónitos, pues aquella especie de concha dura comenzó a resquebrajarse y vieron, con asombro, unos ojos y unas antenas que no podían ser, en ningún caso, de la oruga que había muerto.
Poco a poco, como para darles tiempo de reponerse del impacto, fueron saliendo unas hermosas alas arcoiris pegadas al minúsculo cuerpecito de una mariposa quien, lentamente, fue abriéndolas, mostrándolas en todo su esplendor.
Todos contemplaron impactados un impresionante y bello ser alado y comprendieron que bien podría, con facilidad, realizar el sueño de la pequeña oruga, el sueño por el que había vivido, por el que había muerto y por el que había vuelto a vivir: ¡llegar hasta la cima de la montaña!
¡Cuán equivocados habían estado! ¡y pensar que le habían aconsejado que desistiera...!

Para realizar un sueño hay que creer en él y vivir por él. Aún así, puede parecer que no lo lograremos, sobre todo cuando todos los que nos rodean no lo ven factible. Es ahí cuando un pequeño ser como la oruga puede acudir en nuestra ayuda, mostrándonos la dirección correcta.
Quizá todo consista en hacer un alto en el camino, como ella. Y, como ella, experimentar un cambio radical en nuestras vidas y, entonces, puede que... ¡lo logremos!

Aunque no hay que olvidar que el éxito en la vida no se mide por los logros obtenidos, sino por los obstáculos a los que nos hemos tenido que enfrentar a lo largo de nuestro camino.

TODO LO QUE APRENDÍ EN EL JARDÍN DE INFANTES.

...Entonces me di cuenta de que ya sé la mayor parte de lo que hace falta para vivir una vida plena, que no es tan complicado. Lo sé. Y lo he sabido desde hace mucho, muchísimo tiempo. Vivirlo.., bueno, eso es otro tema, verdad? Aquí está mi credo:

Todo lo que hay que saber sobre cómo vivir y qué hacer y cómo debo ser, lo aprendí en el jardín de infantes. La sabiduría no estaba en la cima de la montaña de la universidad, sino allí, en el arenero. Estas son las cosas que aprendí:

-Compártelo todo. .

-Juega limpio.

-No le pegues a la gente.

-Vuelve a poner las cosas donde las encontraste.

-Limpia siempre lo que ensucies.

-No te lleves lo que no es tuyo.

-Pide perdón cuando lastimes a alguien.

-Lávate las manos antes de comer.

-Sonrójate

-Las galletitas calientes y la leche fría son buenas.

-Vive una vida equilibrada; aprende algo y piensa en algo y dibuja y pinta y canta y baila y juega y trabaja cada día un poco.

-Duerme la siesta todas las tardes.

-Cuando salgas al mundo, ten cuidado con el tráfico, tómate de las manos y no te alejes.

-Permanece atento a lo maravilloso. Recuerda la pequeña semilla en el vaso.

-Las raíces bajan, la planta sube y nadie sabe realmente cómo ni por qué, pero todos somos así.

-Los peces de colores, los hámsters y los ratones blancos e incluso la pequeña semilla del vaso, todos mueren. Y nosotros también.

Y entonces recuerda una de las primeras palabras que aprendiste, la más grande de todas: MIRA.

Todo lo que necesitas saber está allá en alguna parte. La regla de oro, el amor y la higiene básica. La ecología y la política. La igualdad y la vida sana. Toma cualquiera de estos ítems, tradúcelos en términos adultos sofisticados y aplícalo a tu vida familiar o a tu trabajo, a tu gobierno o a tu mundo, y se mantendrá verdadero, claro y firme. Piensa cuanto mejor seria el mundo si todos, todo el mundo, tomásemos galletitas con leche cada tarde a las tres y después nos acurrucáramos en nuestras mantas para dormir la siesta. O sí todos los gobiernos tuviesen como política básica volver siempre a poner las cosas donde las encontraron y limpiar lo que ensuciaron. Y aun es verdad, no importa cuan viejo seas, que al salir al mundo es mejor tomarse de las manos y no alejarse.

Creo que la imaginación es más fuerte que el conocimiento.

Que El mito tiene más poder que la historia.

Que los sueños son más poderosos que los hechos.

Que la esperanza triunfa siempre sobre la experiencia.

Que la risa es el único remedio para el dolor.

Y creo que el amor es más fuerte que la muerte...

USAR LA IMAGINACIÓN.

Cuenta una antigua leyenda que en la Edad Media un hombre muy virtuoso fue injustamente acusado de haber asesinado a una mujer.
En realidad el verdadero autor era una persona muy influyente del reino y por eso desde el primer momento se procuró un chivo expiatorio para encubrir al culpable. El hombre fue llevado a juicio ya conociendo que tendría escasas o nulas posibilidades de escapar al terrible veredicto ....la horca!!!!!

El Juez también complotado cuidó no obstante de dar todo el aspecto de un juicio justo, por ello dijo al acusado:
"Conociendo tu fama de hombre justo y devoto del Señor vamos a dejar en manos de El tu destino, vamos a escribir en dos papeles separados las palabras culpable e inocente Tu escogerás y será la mano del Dios la que decida tu destino."

Por supuesto el mal funcionario había preparado dos papeles con la misma leyenda CULPABLE y la pobre víctima aún sin conocer los detalles se daba cuenta que el sistema propuesto era una trampa. No había escapatoria
El Juez conminó al hombre a tomar uno de los papeles doblados. Este respiró profundamente, quedó en silencio unos cuantos segundos con los ojos cerrados y cuando la sala comenzaba ya a impacientarse abrió los ojos y con una extraña sonrisa tomo uno de los papeles y llevándolo a su boca lo engullo rápidamente.

Sorprendidos e indignados los presentes le reprocharon airadamente:

"Pero qué hizo??? Y ahora??? Cómo vamos a saber el veredicto?"

"Es muy sencillo, respondió el hombre. Es cuestión de leer el papel que queda y sabremos lo que decía el que me tragué".

Con rezongos y bronca mal disimulada debieron liberar al acusado y jamás volvieron a molestarlo.

Moraleja: SEA CREATIVO. CUANDO TODO PAREZCA PERDIDO, USE LA IMAGINACION.

" En los momentos de crisis sólo la imaginación es más importante que el conocimiento." Albert Einstein

PIENSA QUE PUEDES Y PODRÁS.

Si piensas que estás vencido, lo estás.

Si piensas que no te atreves, no lo harás.

Si piensas que te gustaría ganar, pero que no puedes, no lo lograrás.

Si piensas que perderás, ya has perdido, porque en el mundo encontrarás que el éxito comienza con la voluntad del hombre.

Piensa en grande y tus hechos crecerán, piensa en pequeño y quedarás atrás.

PIENSA QUE PUEDES Y PODRÁS.

Tienes que estar seguro de tí mismo antes de intentar ganar un premio. No siempre gana el hombre más fuerte o más ligero, porque, tarde o temprano, el hombre que gana es el que cree poder hacerlo.

TODOS TENEMOS GRIETAS.

Un cargador de agua de la India tenía dos grandes vasijas que colgaba a los extremos de un palo y que llevaba encima de los hombros.
Una de las vasijas tenía varias grietas, mientras que la otra era perfecta y conservaba toda el agua al final del largo camino a pie desde el arroyo hasta la casa de su patrón, pero cuando llegaba, la vasija rota sólo tenía la mitad del agua.
Durante dos años completos esto fue así diariamente, desde luego la vasija perfecta estaba muy orgullosa de sus logros, pues se sabía perfecta para los fines para los que fue creada. Pero la pobre vasija agrietada estaba muy avergonzada de su propia imperfección y se sentía miserable porque sólo podía hacer la mitad de todo lo que se suponía que era su obligación.
Después de dos años, la tinaja quebrada le hablo al aguador así, diciéndole:

"Estoy avergonzada y me quiero disculpar contigo porque debido a mis grietas sólo puedes entregar la mitad de mi carga y sólo obtienes la mitad del valor que deberías recibir."

El aguador, le dijo compasivamente: "Cuando regresemos a la casa quiero que notes las bellísimas flores que crecen a lo largo del camino."

Así lo hizo la tinaja. Y en efecto vio muchísimas flores hermosas a lo largo, pero de todos modos se sentía apenada porque al final, sólo quedaba dentro de sí la mitad del agua que debía llevar. El aguador le dijo entonces: "Te diste cuenta de que las flores sólo crecen en tu lado del camino? Siempre he sabido de tus grietas y quise sacar el lado positivo de ello. Sembré semillas de flores a todo lo largo de camino por donde vas y todos los días las has regado y por dos años yo he podido recoger estas flores para decorar el altar de mi Maestro.

Si no fueras exactamente como eres, con todo y tus defectos, no hubiera sido posible crear esta belleza."

Cada uno de nosotros tiene sus propias grietas. Todos somos vasijas agrietadas, pero debemos saber que siempre existe la posibilidad de aprovechar las grietas para obtener buenos resultados.

PALABRAS DE ALIENTO.

Un grupo de ranas viajaba por el bosque y, de repente, dos de ellas cayeron en un hoyo profundo. Todas las demás ranas se reunieron alrededor del hoyo. Cuando vieron cuan hondo era el hoyo, le dijeron a las dos ranas en el fondo que para efectos prácticos, se debían dar por muertas.

Las dos ranas no hicieron caso a los comentarios de sus amigas y siguieron tratando de saltar fuera del hoyo con todas sus fuerzas.
Las otras seguían insistiendo que sus esfuerzos serian inútiles.

Finalmente, una de las ranas puso atención a lo que las demás decían y se rindió. Ella se desplomó y murió. La otra rana continuó saltando tan fuerte como le era posible.

Una vez más, la multitud de ranas le gritaba y le hacían señas para que dejara de sufrir y que simplemente se dispusiera a morir, ya que no tenía caso seguir luchando.
Pero la rana saltó cada vez con más fuerzas hasta que finalmente logró salir del hoyo.

Cuando salió, las otras ranas le dijeron: "nos da gusto que hayas logrado salir, a pesar de lo que te gritábamos".
La rana les explicó que era sorda, y que pensó que las demás la estaban animando a esforzarse más y salir del hoyo.

Moraleja:

1. La palabra tiene poder de vida y muerte. Una palabra de aliento compartida a alguien que se siente desanimado puede ayudar a levantarlo y finalizar el día.

2. Una palabra destructiva dicha a alguien que se encuentre desanimado puede ser lo que acabe por destruir. Tengamos cuidado con lo que decimos.

3. Una persona especial es la que se da tiempo para animar a otros.

Una referencia relacionada: " En los Estados Unidos de Norteamérica, en la NASA, hay un póster muy lindo de una abeja, el cual dice así:
"Aerodinámicamente el cuerpo de una abeja no está hecho para volar, lo bueno es que la abeja no lo sabe".

DISFRUTA EL PRESENTE.

Ahora estoy leyendo mas y limpiando menos. Me siento en la terraza y admiro la vista sin fijarme en las malas hierbas del jardín. Paso mas tiempo con mi familia y amigos y menos tiempo en el trabajo. He comprendido que la vida debe ser un patrón de experiencias para disfrutar, no para sobrevivir. Ya no guardo nada. Uso mis copas de cristal todos los días. Me pongo mi saco nuevo para ir al supermercado, si así lo decido y me da la gana. Ya no guardo mi mejor perfume para fiestas especiales, lo uso cada vez que me provoca hacerlo. Las frases "algún DIA..." y " uno de estos días", están desapareciendo de mi vocabulario. Si vale la pena verlo, escucharlo o hacerlo, quiero verlo, escucharlo o hacerlo ahora. Son esas pequeñas cosas dejadas sin hacer las que me harían enojar hoy. Enojado porque deje de ver a buenos amigos con quienes me iba a poner en contacto "algún DIA" Enojado porque no escribí ciertas cartas que pensaba escribir "uno de estos días". Enojado y triste porque no les dije a mis hermanos y a mis hijos con suficiente frecuencia, cuanto los amo. Ahora trato de no retardar, detener o guardar nada que agregaría risa y alegría a nuestras vidas. Y cada mañana me digo a mi mismo que este DIA es especial,....cada DIA, cada hora, cada minuto... es especial.

EL PESCADOR Y EL MBA.

Un banquero de inversión americano estaba en el muelle de un pueblito costeño mexicano cuando llegó un botecito con un sólo pescador. Dentro del bote había varios atunes amarillos de buen tamaño. El americano elogió al mexicano por la calidad del pescado y le preguntó cuánto tiempo le había tomado pescarlos. El mexicano respondió que sólo un poco tiempo. El americano luego le preguntó por qué no permanecía más tiempo y sacaba más pescado. El mexicano dijo que el tenía lo suficiente para satisfacer las necesidades inmediatas de su familia. El americano luego preguntó: "¿pero qué hace usted con el resto de su tiempo?" El pescador mexicano dijo: "duermo hasta tarde, pesco un poco, juego con mis hijos, hago siesta con mi señora, María, caigo todas las noches al pueblo donde toco la guitarra con mis amigos. Tengo una vida full chevere y ocupada." El americano replicó: "soy un MBA de Harvard y podría ayudarte. Deberías gastar más tiempo en la pesca y con los ingresos comprar un bote más grande, con los ingresos del bote más grande podrías comprar varios botes, eventualmente tendrías una flota de botes pesqueros. En vez de vender el pescado a un intermediario lo podrías hacer directamente a un procesador y eventualmente abrir tu propia procesadora. Deberías controlar la producción, el procesamiento y la distribución. Deberías salir de este pueblo e irte a la Ciudad de México, luego a Los Angeles y eventualmente a Nueva York, donde manejarías tu empresa en expansión". El pescador mexicano preguntó: "¿pero cuánto tiempo tardaría todo eso?" A lo cual respondió el americano: "entre 15 y 20 años". "¿Y luego qué?..." El americano se río y dijo que esa era la mejor parte. "Cuando llegue la hora deberías anunciar un IPO (Oferta inicial de acciones) y vender las acciones de tu empresa al público. Te volverás rico, tendrás millones". "Millones... ¿y luego qué?..." Dijo el americano: "luego te puedes retirar. Te mudas a un pueblito en la costa donde puedes dormir tranquilo, pescar un poco, jugar con tus hijos, hacer siesta con tu mujer, caer todas las noches al pueblo donde tocas guitarra con tus amigos". El mexicano respondió: "¿acaso eso no es lo que ya tengo? Moraleja: Cuántas vidas desperdiciadas buscando lograr una felicidad que ya se tiene pero que muchas veces no vemos. La verdadera felicidad consiste en amar lo que tenemos y no sentirnos tristes por aquello que no tenemos. "Si lloras por haber perdido el Sol, las lágrimas no te dejarán ver las estrellas".

TODOS PODEMOS SER ÁGUILAS DORADAS.

Hubo un indio guerrero que encontró un huevo de águila en la cima de una montaña y lo puso junto con los huevos que iban a ser empollados por una gallina. Cuando el momento llegó, los pollitos salieron del cascarón, y la pequeña águila también. Después de un tiempo, aprendió a cacarear como las gallinas, a escarbar la tierra, a buscar lombrices, limitándose a subir a las ramas más bajas de los árboles, exactamente como todas las gallinas. Y su vida transcurría en la convicción de que era una gallina. Un día, ya vieja, el águila terminó mirando al cielo y tuvo una visión magnífica. Allá, en el azul claro, un pájaro majestuoso volaba en el cielo abierto, como si no necesitase hacer el mínimo esfuerzo. El águila vieja quedo impresionada. Se volvió hacia la gallina mas próxima y dijo: "Que pájaro es aquél?". La gallina miro hacia arriba y respondió: "Ah! Es el águila dorada, reina de los cielos. Pero no pienses en ella. Tú y yo somos de aquí abajo. "Y el águila no miró nunca más hacia arriba y murió con la convicción de que era una gallina. Como tal, todo el mundo la trataba; de esa manera creció, vivió y murió.

LA PRUEBA FINAL.

John X se levantó del banco, arreglando su uniforme, y estudió la multitud de gente que se abría paso hacia la Gran Estación Central. Buscó a la chica cuyo corazón él conocía pero cuya cara nunca había visto, la chica de la rosa. Su interés en ella había comenzado 13 meses antes en una Biblioteca de Florida. Tomando un libro del estante, se encontró intrigado, no por las palabras del libro sino por las notas escritas en el margen. La escritura suave reflejaba un alma pensativa y una mente brillante. En la parte del frente del libro descubrió el nombre de la dueña anterior, la señorita Hollys Maynell. Con tiempo y esfuerzo localizó su dirección. Ella vivía en Nueva York. Él le escribió una carta para presentarse y para invitarla a corresponderle. Al día siguiente, John fue enviado por barco para servir en la Segunda Guerra Mundial. Durante un año y un mes, los dos se conocieron a través del correo, y un romance fue creciendo. John le pidió una fotografía, pero ella se negó. Ella sentía que si a él de verdad le importaba, no importaría cómo ella luciera. Cuando por fin llegó el día en que él regresaría de Europa, ellos arreglaron su primer encuentro: a las 7:00 pm en la Gran Estación Central de Nueva York. "Tú me reconocerás" dijo ella, "por la rosa roja que llevaré en la solapa". Así que a las 7 John estaba en la estación buscándola. Dejaré que el señor X les diga lo que sucedió: "Una joven mujer vino hacia mí, su figura alta y esbelta. Su cabello rubio y rizado se encontraba detrás de sus delicadas orejas; sus ojos eran azules como flores. Sus labios y su mentón tenían una gentil firmeza y su traje verde pálido era como la primavera en vida. Yo comencé a caminar hacia ella sin darme cuenta que no llevaba la rosa. Mientras me movía, una pequeña y provocativa sonrisa curvó sus labios: "¿Vas por mi vía, marinero?" Murmuró ella. Casi incontrolablemente dí un paso hacia ella y entonces vi a Hollis Maynell. Estaba parada casi directamente detrás de la chica. Una mujer, ya pasada de sus 40, con cabello grisáceo bajo un sombrero gastado. Era más que regordeta, sus pies con gruesos tobillos descansaban en zapatos de suela baja. La chica del traje verde se iba rápidamente. Sentí como si me partiera en dos: mi deseo tan agudo de seguirla y a la vez tan profundo mi anhelo por la mujer cuyo espíritu me había acompañado y apoyado, Y ahí estaba ella. Su pálida y rolliza cara era gentil y sensible, sus ojos grises tenían un brillo cálido y amigable. No vacilé. Mis dedos apretaron la pequeña y usada copia de cuero del libro que era para identificarme con ella. Esto no sería amor, pero sería algo preciado, algo quizá mejor que el amor, una amistad por la que había y debía estar siempre agradecido. Cuadré mis hombros, saludé y le ofrecí el libro a la mujer, aunque mientras hablaba me sentí ahogado por la amargura de mi decepción. Soy el Teniente John X, y usted debe ser la Srta. Maynell. Estoy muy contento que me pudiera conocer; ¿la puedo llevar a cenar? La cara de la mujer se ensanchó en una sonrisa tolerante. "No sé de qué se trate esto hijo" ella respondió, "pero la señorita del traje verde que se acaba de ir me rogó que usara esta rosa en mi abrigo. Y ella dijo que si usted me invitaba a cenar yo le diría que lo está esperando en el restaurante de frente. Ella dijo que era una clase de prueba!" No es difícil de entender y admirar la sabiduría de la Srta. Maynell. La verdadera naturaleza de un corazón se vé en su respuesta a lo no atractivo. "Dime a quien amas" escribió Houssaye, "Y te diré quién eres".

NO QUIERO ESTAR MUERTO.

Estoy cansado de trabajar y de ver a la misma gente, camino a mi trabajo todos los días, llego a la casa y mi esposa, sirvió lo mismo de la comida para cenar, la cual no me gustó mucho que digamos y tengo que comer la comida que no me gusta. Voy a entrar al baño y mi hija de apenas año y medio no me deja por que quiere jugar conmigo, no entiende que estoy cansado y quiero entrar al baño. Después, tomo mi revista para leerla plácidamente en mi sillón y mi hija nuevamente quiere jugar y que la arrulle entre mis brazos, yo quiero leer mi revista y sale mi esposa con su: - que tal me veo?, me arreglé para ti - le digo que bien sin despegar mis ojos de mi revista, para variar, se enoja conmigo porque dice que no la comprendo y que nunca la escucho, no se por que se enoja si le pongo toda mi atención, es más, aún viendo la t.v. le pongo atención, bueno, siempre y cuando haya malos comerciales, a veces quisiera estar solo y no escuchar nada, yo solo quiero descansar; suficientes problemas tengo en el trabajo para escuchar los de mi casa. Mi Padre también me molesta algunas veces y entre clientes, esposa, hija, padre, me vuelven loco, quiero paz. Lo único bueno es el sueño, al cerrar mis ojos siento un gran alivio de olvidarme de todo y de todos. - Hola, vengo por ti. - Quien eres tú?, Como entraste ?? - Me manda Dios por ti, dice que escuche tus quejas y tienes razón, es hora de descansar. - Eso no es posible, para eso tendría que estar... - Así es, sí lo estás, ya no te preocuparas por ver a las mismas gentes, ni por caminar, ni de aguantar a tu esposa con su guisos, ni a tu pequeña hija que te moleste, es más, jamás escucharás los consejos de tu padre. - Pero...que va a pasar con todo ?? con mi trabajo?? - No te preocupes, en tu empresa ya contrataron a otra persona para ocupar tu puesto y por cierto, está muy feliz por que no tenía trabajo. - Y mi esposa y mi bebé ?? - A tu esposa le fue dado un buen hombre que la quiere, respeta y admira por sus cualidades que tu nunca observaste en ella y acepta con gusto todos sus guisos sin reclamarle nada, por que gracias a Dios y a ella, tiene algo que llevarse a la boca todos los días a diferencia de otras personas que no tienen nada que comer y pasan hambre hasta por meses y además, se preocupa por tu hija y la quiere como si fuera suya y por muy cansado que siempre llegue del trabajo, le dedica tiempo para jugar con ella, son muy felices. - No, no puedo estar muerto. - Lo siento, la decisión ya fue tomada. Pero...eso significa que jamás volveré a besar la mejillita de mi bebé, ni a decirle te amo a mi esposa, ya no veré a mis amigos para decirles lo mucho que los aprecio, ni darle un abrazo a mi padre, ya no volveré a vivir, ya no existiré más, me enterrarán en el panteón y ahí se quedará mi cuerpo cubierto de tierra. Nunca más volveré a escuchar las palabras que me decían Hey amigo, eres el mejor; Hijo mío, estoy orgulloso de ti; cuanto amo a mi esposo; hermano mío, que bueno que viniste a mi casa; papito... NO, NO QUIERO MORIR, QUIERO VIVIR, envejecer junto a mi esposa, NO QUIERO MORIR TODAVIA.... - Pero es lo que querías, descansar, ahora ya tienes tu descanso eterno, duerme para SIEMPRE. - NO, NO QUIERO, NO QUIERO, POR FAVOR DIOS....!!!! - Que te pasa amor?, tienes una pesadilla? -dijo mi esposa despertándome. No, no fue una pesadilla, fue otra oportunidad para disfrutar de ti, de mi bebé, de mi familia, de todo lo que tengo. Sabes?, estando muerto ya nada puedes hacer y estando vivo puedes disfrutarlo todo. Una vez cerrando tus ojos, nadie te garantiza volver a abrirlos. QUE BELLO ES VIVIR !!!! HOY LO LOGRE, MAÑANA... MAÑANA DIOS DIRA. Recuerden que despertar a cada día es maravilloso aunque las cosas no vayan nada bien, tenemos la oportunidad de despertar...

ABRE TU CORAZÓN.

Se cuenta una historia sobre un soldado que regresaba finalmente a casa después de haber luchado en Vietnam. Él llamó a sus padres que vivían en San Francisco.

- "Mamá y Papá, dijo, Estoy volviendo a casa, pero quiero pedirles un favor. Yo tengo un amigo y me gustaría traerlo a casa conmigo".

- "Seguro," ellos contestaron, " estaremos encantados de reunirnos con él.

- "Hay algo que ustedes deben saber, el hijo continuó, "él se hirió bastante mal en el combate. Caminó sobre una mina y perdido un brazo y una pierna. Él no tiene ningún otro lugar donde ir, y yo quiero que viva con nosotros."

- "Hijo siento mucho oír eso. Quizá nosotros podemos ayudarle a encontrar algún lugar donde vivir".

- "No, Mamá y Papá, yo quiero que él viva con nosotros".

- "Pero tú no sabes lo que estás pidiendo. Alguien con semejante impedimento sería una carga terrible para nosotros. Nosotros tenemos nuestras propias vidas, y no podemos permitir que algo así interfiera con ellas. Yo pienso que lo mejor será que vuelvas a casa solo y te olvides de ese tipo. Él encontrará una manera de mantenerse vivo por su propia cuenta."

A ese punto, el hijo colgó el teléfono. Los padres no volvieron a tener noticias de él. Unos días después, sin embargo, ellos recibieron una llamada de la policía de San Francisco. Su hijo había muerto después de caerse de un edificio, les dijeron. La policía creyó que era suicidio. Apesadumbrados los padres volaron a San Francisco y fueron a la morgue para identificar el cuerpo de su hijo. Ellos lo reconocieron, pero para su espanto descubrieron también algo que ellos no sabían, su hijo tenía sólo un brazo y una pierna. Los padres de esta historia son como muchos de nosotros. Pues encontramos fácil amar y tener alrededor nuestro a aquellos que son guapos y divertidos, pero no nos gustan las personas que nos incomodan. Preferimos quedarnos lejos de las personas que no son saludables, bonitas, o inteligentes; cuando nosotros sí lo somos. Hay alguien que no nos tratará de esa manera. Alguien que nos ama con un amor incondicional que nos da la bienvenida a su familia para siempre, sin tener en cuenta cómo somos.

EL CIRCO.

Cuando yo era adolescente, en cierta oportunidad estaba con mi padre haciendo cola para comprar entradas para el circo. Al final, sólo quedaba una familia entre la ventanilla y nosotros. Esta familia me impresionó mucho. Eran ocho chicos, todos probablemente menores de doce años. Sé veía que no tenían mucho dinero. La ropa que llevaban no era cara, pero estaban limpios. Los chicos eran bien educados, todos hacían bien la cola, de a dos detrás de los padres, tomados de la mano. Hablaban con excitación de los payasos, los elefantes y otros números que verían esa noche. Se notaba que nunca antes habían ido al circo. Prometía ser un hecho saliente en su vida. El padre y la madre estaban al frente del grupo, de pie, orgullosos. La madre, de la mano de su marido, lo miraba como diciendo: " Eres mi caballero de brillante armadura". Él sonreía, henchido de orgullo y mirándola como si respondiera: "Tienes razón". La empleada de la ventanilla preguntó al padre cuantas entradas quería. Él respondió con orgullo: "Por favor, deme ocho entradas para menores y dos de adultos, para poder traer a mi familia al circo". La empleada le indicó el precio. La mujer soltó la mano de su marido, ladeó su cabeza y el labio del hombre empezó a torcerse. Este se acercó un poco más y preguntó: "¿Cuánto dijo?". La empleada volvió a repetirle el precio. ¿Cómo iba a darse vuelta y decirle a sus ocho hijos que no tenia suficiente dinero para llevarlos al circo?. Viendo lo que pasaba, papá puso la mano en el bolsillo, sacó un billete de veinte dólares y lo tiró al suelo. Nosotros no éramos ricos en absoluto. Mi padre se agachó, recogió el billete, palmeó al hombre en el hombro y le dijo: " Disculpe, señor, se le cayó esto del bolsillo". El hombre se dió cuenta de lo que pasaba. No había pedido limosna, pero sin duda apreciaba la ayuda en una situación desesperada, angustiosa e incomoda. Miró a mi padre directamente a los ojos, con sus dos manos le tomó la suya, apretó el billete de veinte dólares y con labios trémulos y una lágrima rodándole por la mejilla, replicó: "Gracias, gracias señor. Esto significa realmente mucho para mi familia y para mí". Papá y yo volvimos a nuestro auto y regresamos a casa. Esa noche no fuimos al circo, pero no nos fuimos sin nada...